Casa Pedro Domecq, distinguida por su experiencia, tradición y legado, presenta dos etiquetas monovarietales de uva Syrah y Nebbiolo que buscan reflejar el potencial de la tierra bajacaliforniana para aquellos consumidores que desean explorar y vivir nuevas experiencias 100% mexicanas.
“La tierra y la expresión de la fruta están en el centro de cada vino que se trabajó buscando perfección, sencillez y características únicas, resaltando el terroir del Valle de Guadalupe. Cada uva fue meticulosamente seleccionada, cosechada y cuidada para poder expresar al máximo la peculiaridad que la distingue”, comenta Alberto Verdeja.
Reserva Real se reinventa en un nuevo vino 100% Syrah que respeta y expresa la esencia de la fruta con un gran esplendor. Es el último integrante de la familia en cambiar de piel.
Reserva Real se extrae de una vid de aproximadamente 20 años de edad, planta enamorada del sol y de las temperaturas altas que contribuyen al desarrollo de frutos de gran calidad. Este monovarietal ofrece limpidez y gran brillo rojo cereza con ribetes violáceos e intensidad cromática capa media-alta.
A la nariz se distinguen zarzamoras, frambuesas y arándanos, así como un velo de especias integrado por clavo, pimienta rosada y laurel. Además, una ligera nota láctica remite al yogurt de fresa. La crianza de seis meses en barricas de roble francés se hace presente con aromas relacionados al añejamiento: pan tostado, el ahumado y café.
Al paladar, Reserva Real ofrece volumen de boca amplio en donde el Syrah del Valle de Guadalupe se expresa con gran frescura; mientras la acidez media permite un abanico de maridajes y versatilidad para su consumo.
Reserva Real es una de las mejores opciones para entender la uva Syrah. Este vino destaca la intensidad del fruto y es idóneo para acompañar con diversos platillos sencillos como pizzas, carnes frías, pescados como trucha salmonada y postres cremosos o con frutos rojos, como una tarta pavlova, o hasta platillos con más grasa y complejidad como lo es el pato.
Reserva Magna, el vino insignia de Bodegas Domecq, también se transforma para rendir un homenaje a la uva Nebbiolo, siendo ahora monovarietal.
Con una edición limitada, de sólo 3,000 botellas de la añada 2017, Reserva Magna es la expresión pura de la excelencia mexicana y queda comprobado con la medalla de plata obtenida en el Concours Mondial de Bruxelles.
La uva Nebbiolo viene de dos bloques de viñedos principales: del Valle de Guadalupe con plantas de 30 años que proporcionan una base esencial para elaborar un gran vino de guarda, y del Valle de Calafia con vides colocadas a pie de franco (vid no injertada) que ofrecen frutos excepcionales de una carga tánica óptima y la concentración ideal para un vino de guarda prolongada.
Con una crianza de 18 meses en barricas de roble francés, Reserva Magna es un vino brillante, de rojo intenso con matices púrpura; denso y de cromática capa profunda. A la nariz ofrece una excelente integración de frutos negros, tostados, notas de chocolate amargo, vainilla, sotobosque, trufa y tabaco. Al paso del tiempo su gama aromática lo convierte en un vino imponente.
A la boca, Reserva Magna es altamente estructurado, equilibrado y complejo, con un final largo y especiado. Su tiempo de guarda es de una década. A la mesa se disfruta solo o acompañado de platos contundentes, cortes de carne con grasa y quesos fuertes. Ideal para disfrutar de postres de chocolate amargo o caramelo.
Reserva Real y Reserva Magna son los primeros integrantes de esta nueva familia de vinos monovarietales que sorprenderán al consumidor contemporáneo e intrépido que busca nuevas experiencias y productos auténticos elaborados en el país. Bodegas Domecq demuestra que lo mejor de México es lo ¡Hecho en México!