El repunte de tensión que tiene lugar desde hace casi tres semanas entre las milicias palestinas de la Franja de Gaza y el Ejército israelí tuvo anoche su punto más alto hasta ahora.
Los palestinos, que si bien habían lanzado cientos de globos incendiarios y explosivos, solo habían disparado cuatro cohetes hacia Israel desde principio de mes, siempre respondidos por bombardeos de represalia israelíes en el enclave, que tuvieron lugar también anoche, por décima jornada consecutiva.
Este jueves, sin embargo, fueron 12 los proyectiles lanzados desde Gaza, la mitad de los cuales fueron interceptados por el sistema de defensa antiaérea israelí, Cúpula de Hierro, mientras que el resto cayeron presumiblemente en áreas despobladas, salvo algunos fragmentos de uno de ellos que impactaron esta madrugada en residencias y vehículos en la ciudad de Sderot, cercana al enclave.
Israel respondió a estos ataques con tres bombardeos diferentes sobre objetivos del movimiento islamista Hamás en la franja.
Primero, según explicó un comunicado del Ejército, fue un lugar de fabricación de cemento usado para la construcción de túneles, luego un complejo militar donde se montaba armamento y por último, ya entrada la mañana de hoy, una "infraestructura utilizada para actividades subterráneas" de Hamás.
Este repunte de tensión comenzó hace casi tres semanas con el lanzamiento de globos incendiarios y con explosivos desde Gaza, que han causado cientos de incendios en las comunidades israelíes colindantes y arrasado con cientos de hectáreas de bosque y campos de cultivos.
El pico de anoche llega tras un intento fallido de mediadores egipcios de devolver la calma a la frontera durante una visita a la franja esta semana.
Según analistas y fuentes palestinas, Hamás, que gobierna de facto el enclave desde 2007, permite los lanzamientos como elemento de presión para que Israel alivie las condiciones del bloqueo impuesto sobre Gaza.
Este sin embargo ha empeorado en los últimos días por las medidas punitivas israelíes, que incluyeron el cierre de la zona de pesca y del único cruce fronterizo por el cual entran productos a la franja, donde la interrupción de la entrada de combustible ha dejado a la población con escasas horas diarias de electricidad.