“Anuncio hoy mi renuncia al Congreso para que mis colegas puedan continuar con su trabajo, los ciudadanos puedan escoger otro representante y, más importante, para que mi esposa y yo podamos sanar del daño que he causado”, afirmó el político en rueda de prensa.
Weiner, quien fuera considerado como uno de los más fuertes candidatos del Partido Demócrata para suceder al actual alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, anunció su dimisión pese a no haber cometido ningún delito.
Reportes de prensa indicaron que la esposa de Weiner, Huma Abedin, asesora y amiga cercana de la secretaria de Estado Hillary Clinton y quien de acuerdo con medios de comunicación está embarazada, fue la encargada de convencerlo para que renunciara.
Durante la conferencia de prensa, en un centro para adultos mayores en el condado de Brooklyn, el legislador agradeció a su esposa que se ha mantenido a su lado pese al escándalo.
El caso es una muestra del poder que tienen las redes sociales para conectar a personajes públicos con su audiencia, algo que puede tener consecuencias positivas y negativas, y revela lo sencillo que es rastrear la actividad de una persona por internet.
El escándalo exhibe la obsesión de los medios de comunicación de Estados Unidos, que cubrieron de manera exhaustiva cada novedad del caso, con la vida privada y el comportamiento sexual de personajes públicos.
Incluso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó que él renunciaría si fuera Weiner, un consejo que también le ofreció la líder demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi.
El escándalo comenzó luego que el viernes 27 de mayo en la cuenta de la red social de Twitter del congresista pudiera verse una fotografía de las partes íntimas de un hombre dirigida a una estudiante estadunidnese.
Durante una semana, Weiner aseguró que él no había sido el responsable del envío, aunque no negó que la fotografía pudiera ser suya.
En una entrevista por televisión, Weiner aseveró incluso haber sido víctima de una broma pesada, como frecuentemente le sucedía a alguien que llevara su apellido, una palabra usada en lenguaje popular como sinónimo de pene.
Una semana más tarde, Weiner confesó haber sido él quien había enviado las fotografías, además que aceptó haber establecido contacto con seis mujeres más por internet con intenciones sexuales.
Ese mismo día, una fotografía del pecho descubierto de Weiner surgió a la luz, mientras que una actriz porno manifestó que el congresista había entrado en contacto con ella y luego le había pedido mentir al respecto.
Días más tarde, fue difundida otro foto de los genitales de Weiner, que se presume envió a una de las mujeres con quien mantenía contacto por internet.
Asimismo, fueron reveladas algunas de sus conversaciones con estas mujeres, en las que el congresista parecía obsesionado con sus genitales, por sus constantes referencias a lo que llamaba su “paquete”.
Apenas el miércoles, el periódico National Enquirer publicó fotografías del congresista, durante sus años universitarios, vestido con ropa interior de mujer.
con esos reportes mediáticos, terminó este jueves la carrera política –al menos por ahora– de uno de los más feroces críticos de las tácticas republicanas para bloquear la agenda del presidente Obama en el Congreso.