Saltó en paracaídas desde el Everest, pisó el Polo Norte y el Polo Sur y ahora Namira Salim, de 35 años, quiere ser la primera paquistaní en llegar al espacio, algo que espera hacer en 2012 a bordo de una aeronave privada.
Afincada en Mónaco, Salim visita Dubai a menudo pero procede de la ciudad más poblada de Pakistán, la sureña Karachi, y será la primera persona de esta nacionalidad que viaja al espacio exterior, si todo va según lo previsto.
Lo conseguirá gracias a la compañía aeroespacial del millonario británico Richard Branson, Virgin Galactic, que tiene un club exclusivo cuyos cien primeros miembros pagaron 200,000 dólares de depósito para volar al espacio exterior.
Los que lograron este pasaje despegarán en una fecha aún no fijada de 2012 a bordo de las aeronaves VirginMotherShipEve y SpaceShipTwo desde el desierto de Mojave (Estados Unidos).
Salim es la única paquistaní de este selecto grupo y la primera de su país que tendrá la oportunidad de ver de cerca las estrellas.
"El propósito de la industria espacial privada no solo son divertidos viajes en el espacio", sostiene Salim.
"Al pagar depósitos más elevados, los fundadores están creando la oportunidad de que la gente común pueda ir al espacio de forma más barata en el futuro", defiende la aventurera paquistaní, que también destaca las posibilidades que esto abre para los científicos.
Virgin Galactic fue fundada por el acaudalado Branson en 1999 con el objetivo de abrir el espacio a los vuelos comerciales privados.
Para los lanzamientos de 2012, la empresa había aceptado depósitos de millonarios y aventureros espaciales, pero en febrero anunció que había aceptado llevar también a científicos a bordo de la SpaceShipTwo con fines académicos.
Salim dice ser la primera asiática que llegará al espacio, porque algunas de las mujeres originarias de este continente que lo consiguieron antes, como la iraní-estadounidense Anousheh Ansari o dos norteamericanas de origen indio, tienen otras nacionalidades.
Ansari fue, de hecho, la primera musulmana en viajar al espacio en 2006 y esto haría que Salim fuera la segunda, pero esta rehúsa hacer comentarios sobre este hecho y se limita a definirse como paquistaní y "ciudadana global".
A la aventurera, en todo caso, no solo le gusta destacar de su currículum el viaje estelar que emprenderá el año que viene, sino que ha plantado la bandera paquistaní en el Polo Norte y el Polo Sur.
También asegura ser la primera asiática en haber saltado con paracaídas desde el Everest, la cima del mundo.
Entre tanta actividad física, Salim también dice encontrar tiempo para la poesía, el arte y la cooperación.
Sus obras -algunas de las cuales describe como "objetos de arte musical", ya que contienen mensajes sonoros- han sido expuestas y pronto espera publicar su primer libro de poesía en inglés.
Fundó una ONG que impulsa proyectos culturales y oportunidades de trabajo para paquistaníes, aunque Salim, siempre que puede, aprovecha para hablar no solo de su natal Pakistán sino de sus lugares de adopción, Mónaco y Dubai.
Este verano, de hecho, asumirá el cargo de cónsul honoraria de Pakistán en Mónaco y, según dice, le siguen lloviendo los reconocimientos: en marzo recibió de manos del presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, el galardón civil 'Tamgha-e-Imtiaz'.
"Mi espíritu, arte y aventuras son universales y están profundamente arraigadas en sólidos valores espirituales y éticos", declara una orgullosa Salim.