El gran ganador de aquellos comicios fue el izquierdista Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA, que de la mano de su presidenta, Mary Lou McDonald, logró 37 escaños, a solo uno del FF de Michaél Martin, si bien nadie llegó a la mayoría absoluta.
El líder del FG, Leo Varadkar, sumó 35 asientos y desde ayer jueves ocupa el puesto de primer ministro interino, después de que en una primera votación en la Cámara Baja ninguno de los candidatos propuestos recibió suficientes apoyos, tal y como se esperaba.
En consecuencia, las formaciones siguen buscando aliados para formar un Ejecutivo, en un proceso que podría durar varias semanas.
Tras constatar su éxito electoral, McDonald ya dejó claro que quiere un Gobierno de cambio con diputados independientes y partidos minoritarios de corte progresista, como los Verdes, ahora la cuarta fuerza política irlandesa.
La dirigente del Sinn Féin no ha descartado totalmente a Martin, pero ha afirmado que prefiere un Ejecutivo sin centristas ni democristianos, las dos formaciones se han repartido el poder en este país desde hace casi un siglo.
Por su parte, Varadkar y Martin han rechazado formar gobierno con McDonald por la relación que tuvo su partido con el ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA) durante el pasado conflicto norirlandés, al tiempo que tachan sus políticas económicas de radicales y peligrosas para la estabilidad.
Por ello, FG y FF confirmaron este viernes que iniciarán la próxima semana "conversaciones exploratorias" para buscar una posible alianza, a las que también han invitado al líder de los Verdes, Eamon Ryan.
Durante la pasada legislatura, Varadkar gobernó en minoría gracias al apoyo de varios independientes y a un pacto de "suministro y confianza" con Martin, por el que los centristas respaldaron los presupuestos generales y se abstuvieron en votaciones clave, como mociones de censura.
Según los expertos, ese acuerdo, entre otros factores, les pasó factura en las pasadas elecciones, pues la ciudadanía consideró que existe "compadreo" entre los hasta ahora grandes partidos irlandeses para seguir repartiéndose el poder.