El barco está abierto al público y se quedará en Atenas hasta este viernes, cuando continuará hacia los puertos de Patras, de Cefalonia y de Corfú, todo en el marco de esta campaña de sensibilización sobre la crisis climática.
"Ya es hora de que los dirigentes políticos tomen medidas audaces y vinculantes... Es la hora de oír las advertencias de los científicos y movilizarse", destacó el responsable de la campaña de Greenpeace en Grecia Kostas Grimanis.
En los últimos dos años Grecia ha adjudicado dos licencias de exploración y explotación de gas y de petróleo en el mar Jónico y en la plataforma continental, en el oeste y noroeste del país.
Las licencias han sido adjudicadas a consorcios encabezados por el grupo español Repsol, en los que participan las empresas griegas Energean Oil y Helpe.
Greenpeace ha participado en las movilizaciones de los colectivos ecologistas locales y el pasado mes de abril sus activistas bloquearon durante dos días las instalaciones de Repsol, cerca de la ciudad de Ioannina.
Rainbow Warrior III, es un velero de 838 toneladas, con 58 metros de eslora y 11,30 metros de manga.
En 2011 sucedió al Rainbow Warrior II, que a su vez, había sustituido al primer buque de Greenpeace, con el mismo nombre, que los servicios secretos franceses hundieron en 1985, en el puerto de Auckland en Nueva Zelanda, para evitar que bloqueara las pruebas nucleares de ese país en el Atolón de Mururoa, en el océano Pacífico.
Además de Rainbow Warrior III, la organización ecologista dispone de otros dos barcos, el rompehielos Arctic Sunrise y el Esperanza.