"Queremos, estamos dispuestos a restablecer totalmente las relaciones, pero no lo podemos hacer de forma unilateral. Miraremos al menos los primeros pasos", afirmó en rueda de prensa en Vladivostok tras reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong-un.
En ese sentido, el mandatario aseveró: "si las autoridades ucranianas hallan las fuerzas para cumplir los acuerdos de Minsk, entonces nosotros apoyaremos esto al máximo y haremos todo lo posible para normalizar la situación en el sureste de Ucrania".
El presidente afirmó que los resultados de las recientes elecciones en Ucrania, en las que se impuso el actor Vladímir Zelenski, muestran el "fracaso total de las políticas de(l actual presidente Petró) Poroshenko".
"Estoy convencido de que las nuevas autoridades no pueden no entenderlo", indicó.
Pero, según Putin, "comprender esto es una cosa, y llevar a cabo una política realista, que responda a los intereses de su pueblo, es otra".
Preguntado por el decreto emitido la víspera para la entrega exprés de pasaportes rusos a los residentes prorrusos de las autoproclamadas repúblicas populares de Lugansk y Donetsk, el presidente afirmó que "no pretendía provocar" al presidente electo Zelenski.
"Resulta extraño es este tipo de decisiones despierten reacciones negativas en alguien", afirmó, al recordar que desde hace mucho tiempo Polonia otorga documentos de identidad polacos a los ucranianos, y que Rumanía y Hungría entregan pasaportes.
Putin se cuestionó por qué los rusos que viven en Ucrania han de ser menos que los rumanos, polacos o húngaros.
"No veo en esto nada de extraño. Es más, cuando muchos países vecinos de Ucrania llevan haciéndolo hace muchos años, Rusia no puede hacerlo", cuestionó.
Rusia decidió la víspera entregar por la vía exprés la ciudadanía a los residentes prorrusos del revuelto este de Ucrania para "defender sus derechos", lo que ha sido calificado en Kiev de "golpe" al proceso de paz y provocado llamamientos a la comunidad internacional a recrudecer las sanciones contra Moscú.
Según el decreto firmado por el presidente ruso, los residentes permanentes de las autorproclamadas y separatistas repúblicas de Donetsk y Lugansk, en la región ucraniana del Donbás, tienen derecho a obtener la ciudadanía rusa "en un plazo que no superará los tres meses" a partir del día de entrega de la petición.
Ucrania respondió inmediatamente calificando esta decisión de "paso provocativo", "agresión", "intento de anexión de Donbás" y reconocimiento por parte de Rusia de "su responsabilidad en calidad de país ocupante".
Kiev considera que esto puede servir como excusa para una futura intervención militar rusa en esta región o para que los enfrentamientos deriven en conflictos congelados semejantes a los de las separatistas regiones georgianas de Abjasia y Osetia del Sur o la moldava Transnistria, en las que Rusia entregó unilateralmente su nacionalidad a los separatistas locales.
Tanto Poroshenko como el equipo de Zelenski hicieron llamamientos a la comunidad internacional para intensificar las presiones diplomáticas y coercitivas contra el Kremlin, a quien acusan de provocar el conflicto en el este de Ucrania y socavar el proceso de paz en la región.