El Ministerio de Defensa camboyano informó, en un comunicado, de que el ministro tailandés de Defensa, el general Pravit Wongsuwan, había aceptado viajar a Phnom Penh para discutir la tregua.
La reunión bilateral es a iniciativa de Tailandia y la ofreció el propio Wongsuwan durante una conversación telefónica esta tarde con su homólogo camboyano, Tea Banh, según la nota oficial.
El comunicado no indica cuándo se celebrarán las conversaciones tailandesas.
Las autoridades tailandesas no han hecho ningún comunicado al respecto para confirmar o desmentir la información camboyana.
No obstante, el portavoz del gobierno tailandés Supachai Jaisamutr informó de que el titular de Asuntos Exteriores, Kasit Piromya, se entrevistará mañana en Yakarata con su homólogo indonesio, Marty Natalegawa, para tratar el contencioso.
Indonesia, como presidente de turno de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), asumió en febrero la misión de reconciliar a Camboya y Tailandia.
La ONU, Estados Unidos y ASEAN han hecho llamamientos a ambos países para reducir la tensión en la zona y resolver el conflicto de manera pacífica desde que empezó, el viernes pasado, esta última tanda de enfrentamientos.
Los ejércitos de Camboya y Tailandia volvieron hoy a intercambiar disparos de rifles, ametralladoras y morteros en la frontera común, en otro de los templo de esa área cuya propiedad es motivo de discordia.
Este contencioso cobró fuerza en 2008 cuando el templo hindú de Preah Vihear, adonde hoy llegaron los enfrentamientos, fue declarado patrimonio de la humanidad y se inscribió dentro del territorio camboyano.
Tailandia no reclama la soberanía en concreto de este centro religioso que el Tribunal Internacional de La Haya concedió a Camboya en 1962, sino una zona de 4.6 kilómetros cuadrados adyacente
Desde la decisión de la UNESCO, los ejércitos de ambos países se han enfrentando en varias ocasiones, la última el pasado febrero y murieron ocho personas, incluidos civiles, y decenas resultaron heridas en los combates librados durante cuatro jornadas.
Al mes siguiente, Camboya y Tailandia aceptaron la mediación de Indonesia, pero luego los tailandeses mudaron de opinión y adujeron que la presencia de observadores indonesios en la zona en disputa podía complicar la situación.