El ex convento del Desierto de los Leones se localiza en el Parque Nacional con el mismo nombre que tiene una extensión de más de mil 800 hectáreas; su construcción inició en 1550 cuando la orden de los Carmelitas Descalzos descubrió la serenidad que impera en el bosque que pertenece a la cordillera neovolcánica.
La abadía construida por los carmelitas se compone por el claustro principal, celdas, refrectorio, biblioteca, cocina, hospedería, lavandería, huerta con capillas, barda perimetral, caballerizas y el Museo Bicentenario; ahora, cada uno de dichos espacios tiene grietas, algunas pequeñas, casi invisibles y otras que ponen en riesgo su esplendor.
En la época de la independencia, la orden tuvo que abandonar el lugar y cederlo al entonces gobierno de la capital virreinal. De manera posterior, el recinto fue abandonado y sirvió como guarida de ladrones quienes instalaron una fábrica de dinero falso.
Después de la Reforma, se reconoció el valor de la zona y se declaró como reserva forestal en 1876. En la época posterior a la Revolución, Venustiano Carranza lo promulgó Parque Nacional en 1917.
El subdirector de turismo de la delegación Cuajimalpa, José Antonio Jiménez García, quien se encuentra a cargo del ex convento, explica que por el momento permanece cerrado y que tras diversos recorridos con especialistas han determinado que las reparaciones tras el sismo requieren 38 millones de pesos.
Una de las afectaciones más graves es la que se encuentra en el atrio de la nave mayor, ahí dos grietas enormes mantienen en riesgo de colapso el nártex o portada de la iglesia y por ello la administración lo custodia con un cerco de 10 metros a la redonda para evitar riesgos.
Además, en el acueducto que es conocido a nivel internacional, se agudizó una grieta en el techo que tendrá que ser evaluada y reparada por expertos con la esperanza de que al lugar regrese la representación de la Llorona, de Leyendas Nocturnas y el festival Navidad Mágica.
Por otro lado, una grieta de 200 metros recorre uno de los pasillos característicos por su forma arqueada que tenía como objetivo generar eco para evitar que los frailes incumplieran con su voto de silencio, el pasaje tendrá que ser apuntalado para evitar riesgos antes de ser reparado de forma permanente.
Dichas afectaciones, se suman a los múltiples desprendimientos de acabados que se encuentran en cada espacio, de acuerdo con el funcionario delegacional, el fenómeno se debe a la humedad acumulada en los aplanados que cayeron con el movimiento telúrico.
Abundó que el día del sismo nadie resultó lesionado ni en el recinto ni en las ermitas cercanas y tampoco en el parque Peteretes, que reguarda ejemplares de venados cola blanca, ni en la zona de venta de artesanías ni el área de comida.
Afirmó que un Director Responsable de Obra (DRO), que acudió al lugar, le expuso que se requieren hacer diversas labores como cercar y apuntalar algunos espacios para poder abrir el recinto hasta en 60 por ciento sin riesgo para los turistas.
Lamentó que con el objetivo de mantener el lugar limpio, los trabajadores y guardabosques levantaron, en algunos lugares, la caída de los aplanados, los que dificultó el peritaje de las grietas nuevas y aquellas que ya existían.
Dijo que durante los primeros 30 días después del sismo solicitaron dos millones de pesos a la Dirección General de Sitios y Monumentos Históricos de la Secretaría de Cultura Federal, a través del Apoyo Parcial Inmediato (API), del Fondo de Desastres Naturales (Fonden); sin embargo, los recursos no fueron otorgados.
Jiménez García expuso que ahora tendrán hasta el 18 de octubre para armar y presentar un expediente con las afectaciones, a fin de solicitar a la Secretaría de Cultura los recursos necesarios para la reconstrucción del recinto.
Considera que el proceso puede ser tardado, por ello, buscarán con otras instancias gubernamentales y asociaciones civiles los recursos.
Reconoce que es una gran cantidad de dinero y que el país atraviesa por una emergencia en la que existen prioridades, por eso en conjunto con la administración delegacional han pensado en realizar un concierto a beneficio de los trabajos de reparación, que tendría como escenario el Jardín de los Secretos, lugar de inigualable belleza natural ubicado en el interior del monasterio.
Explica que antes del sismo se habían realizado trabajos de diagnóstico que determinaron que para su rehabilitación total se requerían cerca de 98 millones de pesos.
El funcionario espera que al menos los trabajos de la primera etapa terminen en noviembre para poder abrir el ex convento y conmemorar los primeros 100 años del primer Parque Nacional del país, para lo cual ya se preparaba una celebración.