En caso de sismos muy cercanos no hay alerta que funcione. “Estamos tan cerca al punto de origen como los sensores que los detectan, entonces para sismos muy cercanos a nosotros una alerta es innecesaria”.
En entrevista con el Foro Consultivo Cientifico y Tecnológico (FCCyT), expuso que si bien se han realizado propuestas para activar una alarma para la zona de Puebla, se ha dado prioridad a los sismos que se originan en las costas de Guerrero, Michoacán y Oaxaca.
El Sistema de Alerta Sísmica permite a los habitantes de la capital y otras ciudades del país detectar movimientos de más de 5.5 grados Richter y las ondas sísmicas que provienen de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, capaces de recorrer en 75 y 85 segundos la distancia a la ciudad.
De acuerdo con diversos especialistas, por esa razón el pasado 19 de septiembre la alerta sísmica con epicentro en los límites de Puebla y Morelos no sonó, sino hasta el momento del movimiento, debido a que la cercanía del lugar de inmediato produjo el temblor.
Pérez Campos dijo que los sismos se producen debido al contacto de dos placas, que en el caso de los ocurridos recientemente en México suceden por el movimiento de las placas de Cocos y de Norteamérica.
Detalló que adentro de las placas existen zonas a las que se denomina intraplaca, y que el sismo del pasado 19 de septiembre con magnitud de 7.1, tuvo origen en dicha zona, a profundidades de 60 kilómetros en el estado de Puebla.
Comentó que si bien de los sismos de este tipo no se habla mucho, ya ha habido movimientos importantes de esa categoría en México, aunque nunca habían ocasionado daños tan graves como en esta ocasión.