“Para que la educación siga siendo un motor de desarrollo económico y social en el país, Costa Rica tiene que brindar oportunidades de calidad a todos los estudiantes” afirmó Andreas Schleicher, director de la Dirección de Educación y Habilidades de la OCDE, durante el lanzamiento del informe Educación en Costa Rica, encabezado por el presidente Guillermo Solís, la ministra de Educación Pública, Sonia Marta Mora, y el ministro de Comercio Exterior, Alexander Mora, el 3 de agosto en San José.
La educación en Costa Rica ha sido crucial en la construcción de una de las democracias más estables, con una fuerza laboral altamente calificada y con los más altos niveles de bienestar en América Latina. El estancamiento de los resultados educativos en la última década, aunado a la creciente desigualdad y el bajo crecimiento, ponen en riesgo el futuro del país.
Después de décadas de impresionante expansión en el acceso a la educación, el gran desafío actual del sistema educativo es brindar oportunidades de aprendizaje de calidad para todos. En la prueba PISA 2015, los jóvenes de 15 años de Costa Rica se desempeñaron en promedio dos años por debajo de sus pares en los países de la OCDE y 33 por ciento de ellos no cuentan con las competencias esenciales en ciencias, lectura y matemáticas. Sólo un 7.5 por ciento de los estudiantes más desfavorecidos logra ir a la universidad comparado con el 54 por ciento de los más favorecidos. Mejorar la calidad y la equidad de la educación en Costa Rica requerirá:
- Dar mayor prioridad a la educación y atención de la primera infancia en la política y el gasto público es vital dado el rol que puede desempeñar en el desarrollo de los niños, particularmente para los más desfavorecidos.
- Poner el aprendizaje en el centro de las políticas y prácticas educativas en educación básica. Una visión clara y criterios compartidos sobre lo que constituye una buena docencia permitiría orientar desde las decisiones de contratación hasta los sistemas de apoyo continuo hacia la excelencia docente.
- Hacer más inclusiva la educación diversificada, a fin de reflejar su nueva función como última etapa de escolarización y como puerta de entrada a oportunidades laborales y universitarias para todos los costarricenses. La estrategia Yo Me Apunto, que procura más recursos a las instituciones educativas de mayor riesgo, es una iniciativa prometedora para combatir la deserción.
- Reformar en profundidad la gobernanza, el financiamiento y el aseguramiento de calidad de la educación terciaria es crucial para asegurar que el sector respalde y responda a las metas de desarrollo del país. La obligatoriedad de acreditar carreras en áreas clave para el país es un primer paso para garantizar un nivel mínimo de calidad en universidades privadas.
Costa Rica es admirada en todo el mundo por su compromiso con la educación. Con un 7.6 por ciento del PIB, Costa Rica destina el mayor porcentaje de la riqueza nacional a la educación que cualquier otro país. Un uso más estratégico de los recursos permitiría acelerar el progreso económico y social del país.