El investigador en el área de Metal-Mecánica del ITZ y asesor externo del proyecto, Rubín Ortega de la Rosa, mencionó que la problemática a solucionar es que la ruta se encuentra trazada en papel; sin embargo, no se lleva a cabo en la realidad.
Esta situación se debe a que las personas encargadas de suministrar esos accesorios no respetan el tiempo preestablecido del trayecto, lo que provoca desde suministro excesivo hasta posibles paros en líneas.
“Lo que significa que no hay un enfoque en la filosofía Just In Time (JIT) que, en la actualidad, es un factor imperante para la competitividad global y la disminución de costos, por lo tanto se busca una forma de ejercer un control directo sobre el trabajo de recorrido de estas personas”, abundó.
El académico explicó que los jóvenes estudiantes crearon un modelo electrónico que consistió en colocar sensores en puntos críticos, para registrar los tiempos de surtido en el vehículo que recorre la ruta preestablecida.
Cada vez que los encargados de la ruta lleguen a los puntos de acceso, el sensor envía una señal a los smartphones de los supervisores, quienes sabrán si existe algún retraso en la línea de surtido y obtendrán un control del suministro de la materia prima transportada, apuntó.
“Este trabajo fue muy rápido, pero los resultados son significativos y el proyecto se terminó en tiempo y forma, incluidas las pruebas necesarias para corroborar su funcionamiento ante la evaluación final del campeonato”, resaltó.
“Se trata de un proyecto muy económico, pero depende de la empresa hacer la inversión para ponerlo en marcha”, añadió.
Por su parte, el alumno del ITZ, David Ordóñez Montes, señaló que en el proyecto se abordó la problemática dentro del surtido de componentes, aunque cuentan con la flexibilidad de implementarse en cualquier empresa que esté interesada en aplicarlo, pues es adaptable a cualquier tipo de carro o ruta de suministro.
“La innovación que implementamos es que todo es controlado vía WiFi o Internet. Hasta el momento nosotros no conocemos algún otro prototipo similar, además de que el costo es bastante accesible en comparación de los ahorros que se tienen al implementar el sistema”, detalló.
“Todos los recursos económicos para comprar los componentes necesarios fueron patrocinados por el ITZ”, expuso.
A su vez, el joven Felipe de Jesús Mota precisó que el tiempo preestablecido para recorrer una ruta es de 60 minutos; sin embargo, cuando el equipo realizó las pruebas de campo, descubrieron que les llevaba una hora y media o incluso dos.
“La optimización de costos con nuestro prototipo garantiza un abasto más continuo y fluido en el suministro de materiales, al evitar los paros en las líneas, que representan pérdidas para la empresa”, subrayó.
“Otro de los beneficios es suministrar los componentes en la cantidad exacta, pues se cubre el recorrido necesario dentro de cada ruta”, afirmó.