El informe evalúa los progresos realizados desde el 2010 en la implementación de programas de apoyo a la creación de startups en Chile, Colombia, México y Perú. Los resultados muestran que en pocos años, el modo de pensar de la gente ha cambiado y la región es ahora percibida como un lugar para la iniciativa empresarial innovadora. Brasil tiene el mayor número de startups en América Latina, seguido de México, que es el país con la distribución más uniforme en la creación de startups en todo su territorio: 32 por ciento de las startups se encuentran en la Ciudad de México, 10 por ciento en Guadalajara y el 8 por ciento en Monterrey. Chile muestra la concentración territorial más alta con un 80 por ciento de las startups registradas en la capital, Santiago.
Chile es el país con mayor tradición en la promoción de las startups. En el país se ha pasado de una fase piloto con la primera versión de StartUp Chile a una política más estructurada, con la modernización de los servicios para los empresarios y la promoción de la creación de startups fuera de la región de la capital. Colombia está promoviendo la inversión privada en startups y se ha observado un alto dinamismo en ciudades como Bogotá y Medellín. México es el país que más se aceleró en la promoción de startups. Con la segunda industria de capital de riesgo más activa de la región, después de Brasil, México ha reforzado el marco institucional para startups con la creación del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) y ha introducido capital semilla, cerrando la brecha de financiación para las primeras etapas en la creación de startups. Perú ha incrementado su presupuesto para la creación de startups, introduciendo nuevos fondos para el capital inicial y apoyo para los inversionistas ángeles.
Si bien el informe reconoce las especificidades de cada contexto, muestra que los cuatro países han fortalecido el marco institucional para apoyar la creación de startups, han priorizado la inclusión social y regional, han modernizado sus instrumentos de apoyo, han aumentado la sensibilización de los bancos de desarrollo para financiar la creación de startups y han agilizado la legislación para facilitar la creación de nuevas empresas. Sin embargo, incluso si la creación de startups está emergiendo en la región y las inversiones de capital de riesgo están creciendo - con inversiones duplicadas entre 2011 y 2015, especialmente en tecnología de la información y la comunicación (TIC) - conseguir mejores sistemas de innovación sigue siendo un desafío para la región. Investigación y desarrollo (I + D) constituye solamente el 0.74 por ciento del PIB en 2014, mientras que los países de la OCDE invierten alrededor del 2.3 por ciento del PIB en I + D. La velocidad media de descarga de banda ancha es casi cinco veces menor que en los países de la OCDE.
Start-up América Latina 2016 ofrece recomendaciones para consolidar el progreso y aumentar el impacto de las políticas de las startups. Se necesita una mejor medición para mapear la escena de las startups en la región y para evaluar el impacto de los programas existentes. Para que las startups florezcan en la región, la simplificación de la combinación de políticas para las mismas y el aumento de la coordinación entre las estrategias de transformación de la producción y de la promoción de startups son de suma importancia. El aumento de la inversión privada y el fortalecimiento de las capacidades científicas y tecnológicas nacionales también son fundamentales. Por último, el fortalecimiento de la cooperación entre los países de la región podría también abrir mercados regionales y facilitar la creación de nuevas startups que operen a nivel regional así como a nivel mundial.