Edgar Rincón, maestro de un taller de literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, consideró que es comprensible, ya que "no se puede ignorar lo que está sucediendo todo el día y todos los días".
"En el taller del que estoy encargado hay jóvenes que se basan en la nota roja de los periódicos para comenzar a crear", expresó.
"Las novelas sobre mujeres depredadas, violadas o que tienen como leitmotiv los crímenes, siempre son material para el escritor", afirmó a su vez el ex director local del Instituto Chihuahuense de Cultura (ICHICULT), Jorge Humberto Chávez.
El académico, apuntó no obstante, que no podría ser calificada como narcoliteratura, una etiqueta editorial que ha explotado en los últimos años en el país de la mano de escritores como Élmer Mendoza.
Los escritores locales se han mostrado "responsables" y "preocupados" por la situación en Ciudad Juárez, agregó.
La narradora y poetisa juarense Arminé Arjona resume el último año de esta ciudad.
"Todos tenemos por lo menos un conocido, cuando no una persona cercana, que ha sido víctima. Te ha pasado o lo has visto", declaró.
Ante los más de 2 mil asesinatos sucedidos en Ciudad Juárez en los últimos ocho meses, atribuidos al crimen organizado, "los escritores chihuahuenses están adquiriendo una tarea de crítica, pero también de preocupación por hacer que el arte sea un espacio de convivencia, reflexión y aprendizaje", consideró Carrera.
De igual manera, el espacio para los jóvenes creadores se ha incrementado en la ciudad fronteriza y actualmente existen alrededor de seis talleres de creación literaria, casi el doble de los que había en el 2008.
Los instructores literarios de los mismos concuerdan en que si bien hay escritores legítimamente preocupados por la violencia en Ciudad Juárez también existe un gran número de "oportunistas" que ven "la posibilidad de un texto que pudiera venderse".
"Es grave que vengan personas de fuera a Ciudad Juárez y que en 15 días de estancia, ya tengan escrita una novela sobre el narco", manifestó Edgar Rincón.
"Si no se nos hubiera atravesado el Bicentenario, ahora sería el 'boom' de la novela del narco a una escala mucho más grande, pero tenemos que vender todas las novelas históricas primero", afirmó por su parte un editor, que prefirió resguardar su nombre.
Por Luis Chaparro