Macri y Fernández de Kirchner son añejos rivales y actualmente los dos dirigentes más importantes del país y representantes de modelos políticos antagónicos que concitan amores y odios extremos.
Las amenazas anónimas en su contra fueron confirmadas este lunes por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien se comprometió a actuar con la misma celeridad en ambos casos.
Con respecto a Macri, Bullrich confirmó que en un breve periodo se recibieron 11 mil llamadas amenazantes a los números de emergencias 911 y 101 desde un mismo número telefónico.
En esas comunicaciones, se anunciaba la instalación de bombas en la casa particular del presidente ubicada en Buenos Aires y que actualmente es ocupada por el director de la Agencia Federal de Inteligencia, Gustavo Arribas.
Por este caso, las fuerzas de seguridad realizaron durante el fin de semana un operativo que culminó con la detención de tres personas que están acusadas del delito de “intimidación pública”.
Bullrich anunció, además, que a partir de ahora cuando se realicen más de diez llamadas al 911 desde una misma línea, se disparará una alerta para buscar a los responsables.
En el caso de Fernández de Kirchner, Bullrich aseguró que “por supuesto que lo vamos a investigar con la misma celeridad con la que investigamos todo".
La ex presidenta denunció la semana ante un juzgado que había recibido mensajes amenazantes y anónimos en su departamento ubicado en el barrio Recoleta de Buenos Aires.
Ahora el fiscal Marcelo Roma investiga los papeles recolectados por los colaboradores de Fernández de Kirchner, que son, en su mayoría, notas escritas a mano.
Pese a que Bullrich se comprometió a investigar, ella misma puso en riesgo la seguridad de la ex presidenta al revelar en un programa de televisión cuántos custodios tenía asignados y anunciar que el grupo sería reducido.