“Quiero agradecer a los 136 países que votaron positivamente. A los que se han abstenido, sabemos de las presiones, de las necesidades. A los que votaron en contra, llegará finalmente el día en que se darán cuenta”, afirmó la mandataria en un mensaje por cadena nacional.
“Estamos muy contentos, muy alegres, quiero felicitar al equipo económico, al equipo de Relaciones Exteriores y a los argentinos, porque esto es un logro de todos”, agregó.
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó este jueves por amplia mayoría una resolución propuesta por Argentina hace un año para proteger los procesos de reestructuración de las deudas soberanas de los países, justo en medio de presiones de los fondos especulativos en contra del país sudamericano.
El caso argentino desató el año pasado una preocupación global en materia de deuda por el poder otorgado a los “buitres”, que son fondos de inversión que especulan con deuda de países comprando bonos a precios de remate que luego cobran por cifras millonarias.
Argentina logró, en dos procesos realizados en 2005 y 2010, que el 92.4 de sus bonistas aceptara reestructurar los pagos con rebajas de hasta el 75 por ciento, lo que le permitió salir de la cesación de pagos en que había ingresado durante la crisis económica de 2001.
Un minoritario porcentaje de los acreedores, formado por “fondos buitre”, se negó a negociar y el año pasado el uno por ciento de ellos obtuvo un triunfo en tribunales de Estados Unidos que le exigieron a Argentina pagar esta deuda al contado y de inmediato.
Desde entonces Argentina quedó envuelta en un litigio internacional por la reestructuración de su deuda soberana que no ha culminado, pero que este jueves consiguió un importante respaldo en Naciones Unidas.
Durante la cadena nacional el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien se encuentra en Nueva York, le explicó a la presidenta los alcances de una decisión que defiende la “inmunidad soberana” de los Estados frente a tribunales extranjeros y el respeto de las mayorías en los procesos de reestructuración.
También considera que las reestructuraciones de deuda soberana deben preservar los derechos de los acreedores, pero a la vez promover un crecimiento sostenible e inclusivo, minimizar los costos económicos y sociales, garantizar la estabilidad del sistema financiero internacional y el respeto de los derechos humanos.
Gracias a esta decisión, será muy difícil que los fondos buitre puedan afectar a otras naciones, tal y como hicieron con Argentina, a partir de fallos judiciales como los que emitió el año pasado un juez de Estados Unidos.