El acceso y uso de crédito y ahorro en la región, medido como la proporción de adultos que reportaron haberse prestado dinero o haber ahorrado en una institución financiera en el último año, solo llegan al 11 por ciento y 14 por ciento de la población, respectivamente. Asimismo, la proporción de adultos con una cuenta en una institución financiera o a través de un proveedor de banca móvil en la región es del 51 por ciento mientras que a nivel mundial este porcentaje supera el 60 por ciento, según el Global Findex 2014.
Los avances de la última década son consecuencia, en gran parte, de la aplicación de tecnologías de crédito y la adopción de nuevos modelos de negocios dirigidos a sectores de la población de menores ingresos por parte de las instituciones bancarias. Los bancos no son solo actores clave en la provisión de servicios financieros en la región, sino también en la provisión de productos de inclusión financiera. Por ejemplo, de acuerdo a cifras recientes, en América Latina y el Caribe los bancos proveen más del 75 por ciento del crédito del sistema financiero y atienden a más del 50 por ciento de clientes en los diferentes países, y la cuarta parte (176 de 700) cuentan con cartera de microcrédito.
Las instituciones bancarias, en la actualidad, están trabajando en desarrollar nuevas tecnologías y productos, permitiendo el abaratamiento y masificación de los servicios financieros inclusivos. Por ejemplo, los clientes ya no tienen que ir a las sucursales bancarias a hacer pagos y otras transacciones, esas gestiones se pueden hacer a través del corresponsal, internet o el teléfono celular. Además, el dinero electrónico y los agentes corresponsales se han convertido rápidamente en los canales con mayor acogida y más utilizados por los clientes.
El Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Multilateral de Inversiones están apoyando el desarrollo de pilotos de productos innovadores en la región, con resultados significativos en términos de alcance, desarrollo tecnológico y potencial de expansión para llegar a la población no bancarizada:
Jamaica
El Banco de Desarrollo de Jamaica en alianza con el Banco Nacional Comercial y Transcel, que ofrece servicios de tecnología de software en el Caribe, están desarrollando una plataforma tecnológica que permitirá a los microempresarios realizar transacciones financieras a través de sus teléfonos móviles, facilitando un mayor acceso y supliendo con servicios financieros a menores costos. Esto hará que sea más fácil para los propietarios de pequeñas empresas acceder a servicios financieros y reducirá el costo para las instituciones financieras en la prestación de estos servicios – lo que a su vez, eventualmente, se traducirá en menores costos para los clientes.
Paraguay
En Paraguay, Tigo, el mayor operador de celular del país, desarrolló una billetera móvil que funciona desde el teléfono celular: Tigo Money. En la actualidad, Tigo Money tiene 3,500 agentes que cubren el 98 por ciento de los distritos del país. En un país de 6.8 millones de personas, más de 1 millón de sus habitantes han utilizado este servicio, de los cuales 230,000 personas, no tenían acceso previo a servicios financieros por vivir en zonas alejadas del país. Tigo Money proporciona una variedad de servicios financieros como giros de persona a persona a través del celular, pago de servicios, pago de transferencias condicionadas del gobierno, el trámite y acceso a créditos bancarios, la apertura de cuentas de ahorro simplificadas y el envío de remesas domésticas.
Estas innovaciones son posibles también en gran medida porque el entorno para la inclusión financiera ha mejorado en varios países de América Latina y el Caribe en la última década, presentando mejoras en diversas áreas, como en las vinculadas a sistemas de información crediticiao a los fondos de garantía de depósitos. También se han producido innovaciones normativas en temas claves para el desarrollo del sistema financiero como la banca sin sucursales, las cuentas simplificadas y los pagos electrónicos.
Sin embargo, dado que estas iniciativas no han sido suficientes, y las brechas por cubrir son amplias, queda pendiente la respuesta a nuestra pregunta inicial: ¿cómo alcanzar la inclusión financiera plena en América Latina? y ¿quiénes la están empujando?
Pareciera que los nuevos modelos de inclusión financiera, serán liderados por asociaciones entre intermediarios financieros, empresas de tecnologías, redes de distribución, corresponsales bancarios y empresas de telecomunicación. Todo ello dentro de un marco regulatorio que habilite y facilite las transacciones y que provea de protección al cliente. El efectivo se usara cada vez menos, el enfoque transaccional tendrá prioridad sobre la oferta de crédito y la relación directa y personal será mucho menos intensa e impersonal.
Por ahora nos enfrentamos a un panorama un tanto incierto pero emocionante, porque las nuevas tecnologías y la mayor dinámica en el mercado pueden redundar en mejoras para los clientes, siempre que se realicen de manera responsable y teniendo en cuenta un adecuado balance entre el desarrollo y la estabilidad del sistema financiero. Es necesario por tanto apoyar las iniciativas tanto de actores públicos como privados para favorecer la continuidad en el alcance de la inclusión financiera plena a nivel regional. La oportunidad de alcanzar niveles mucho mayores de inclusión financiera está ahora a nuestro alcance.
Sobre los Autores
Tomas Miller se unió al FOMIN en el 2000 y dirige la Unidad de Acceso Financiero, que supervisa la cartera de préstamos y patrimonio relacionado con las microfinanzas, el capital de riesgo, capital en fase inicial, la financiación de la pequeña empresa, y los servicios financieros para las personas de bajos ingresos.
Verónica Trujillo trabaja en la Unidad de Aceso a Financiamiento del FOMIN en temas de regulación del sistema financiero, políticas y datos para la inclusión financiera. Doctora por la Universidad de Salamanca, donde se especializó en el tema de regulación de microfinanzas.