El Costa Concordia chocó en enero de 2012 contra unas rocas frente a la isla italiana de Giglio y se hundió dejando un saldo de 32 víctimas mortales. El accidente dejó a la empresa de cruceros con sede en Génova al borde de la ruina, dijo Thamm.
La compañía cayó en los números rojos y perdió cientos de millones de euros. "Hoy estamos económicamente en la situación en la que nos encontrábamos antes del accidente", señaló.
"En total, la factura será de unos 1,500 millones de euros", cifró los costes. Thamm aclaró que no están incluidos los perjuicios por pérdida de ingresos ni tampoco los beneficios que hubiera arrojado el barco siniestrado, que aún tenía 25 años de vida útil por delante.
Francesco Schettino, el capitán que abandonó el barco poco después de la colisión, se enfrenta a un juicio penal tras el cual será llevado nuevamente a los tribunales por la empresa por daños y perjuicios. Thamm reiteró que Schettino obró de forma irresponsable, violando todos los reglamentos.
El crucero serán llevados al puerto de Génova en fecha cercana al 20 de julio para ser desguazado. Las tareas de desguace darán trabajo a unos cien trabajadores durante un año y demandarán gastos de cien millones de euros. (DPA)