La inesperada derrota del líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, en las primarias de su distrito en Virginia ha provocado un terremoto político en Washington.
El hecho de que Cantor -número dos del partido republicano, después del "speaker" o presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner - perdiera ante David Brat, un profesor de economía cercano al movimiento populista Tea Party y contrario a la reforma migratoria, ha hecho saltar las alarmas en la comunidad hispana.
Muchos analistas temen que la derrota de Cantor sea interpretada por muchos miembros republicanos como un aviso de las bases de que no deben votar a favor de la reforma migratoria porque si lo hacen podrían correr la misma suerte de Cantor y perder sus escaños en las elecciones legislativas de noviembre.
"La reforma migratoria no está muerta", dijo el senador demócrata por Nueva Jersey Bob Menéndez en un encuentro con la prensa latina. "No hay que dar nada por muerto. Creo en Lázaro", bromeó Menéndez, en referencia al personaje biblíco que, según el evangelio, resucitó.
Tanto Menéndez como el senador demócrata por Virginia Tim Kaine coincidieron en señalar que la causa de la derrota de Cantor -número dos el partido, después del "speaker" o presidente de la Cámara, John Boehner— no ha sido que tuviera una posición más moderada que la de su contrincante sobre la reforma migratoria.
"La derrota de Cantor tiene menos que ver con el tema de inmigración y mucho más con su falta de atención a su distrito. Su posición de liderazgo en la Cámara lo había alejado de su distrito", señaló Menéndez.
El senador demócrata recordó que, según las encuestas más recientes, el 72 por ciento de los votantes del ditrito de Cantor estaban a favor de la reforma migratoria y un 65 por ciento tenían una opinión negativa del congresista republicano.
La reforma migratoria, cuyo borrador de ley fue aprobado por el Senado en junio de 2013, se encuentra atascada en la Cámara de Representantes ante la negativa de los republicanos a someterla a una votación en el pleno.
Los demócratas aseguran que cuentan con votos suficientes de los dos partidos para que se apruebe. Sólo falta que los republicanos pongan fecha para el voto.
El senador Kaine confió en que la derrota de Cantor tenga un efecto "liberador" en el congresista y que, ahora que está claro que no se presentará a las elecciones de noviembre, presione a los miembros de su partido para que antes del receso de verano (boreal) la Cámara de Representantes pueda votar.
Menéndez pidió que la prensa y los analistas no se fijaran solamente en la derrota de Cantor y las consecuencias que ésta podría tener para lar reforma migratoria, sino que ampliara más sus miras.
"Que un miembro del Congreso haya perdido cuando la gran mayoría de los senadores y congresistas, que han apoyado la reforma migratoria, han ganado en sus distritos" significa, según Menéndez, que la reforma migratoria no está muerta, sino que tiene que someterse a voto en la Cámara de Representantes.
Los demócratas son conscientes de que el tiempo se está acabando y que si no logran un voto antes de finales de julio será difícil que se apruebe a la vuelta de las vacaciones de los congresistas en septiembre, ya que quedan pocos días legislativos antes de las elecciones de noviembre, en las que se renueva la totalidad de los 435 miembros de la Cámara de Representantes y un tercio de los cien escaños del Senado.