En conferencia de prensa, en la que presentaron la “Numeralia 2012: Mortalidad Materna en México”, la secretaria técnica del OMM, Graciela Freyermuth Enciso, indicó que el 73 por ciento de la mortalidad materna en México es por causas directas.
Refirió que entre éstas se encuentran el aborto, enfermedades hipertensivas del embarazo, trauma obstétrico, hemorragias y sepsis. “Muertes que con los recursos tecnológicos disponibles y el desarrollo médico actual, podrían haberse atendido adecuadamente y de manera oportuna”.
De los decesos registrados durante 2012, el 55 por ciento de las mujeres estaban afiliadas al Seguro Popular, y 60 por ciento habían estado en contacto con los servicios de salud y habían tenido al menos una consulta de control prenatal.
“Aunque las autoridades del sector han declarado la cobertura universal en salud en México, la mortalidad materna revela lo mucho que falta por avanzar en la atención médica”, lamentó.
Freyermuth Enciso sostuvo que las mujeres indígenas tienen tres veces más riesgos de morir que las que no pertenecen a este sector de la población, mientras que las que viven en municipios con alto grado de marginación, tiene cuatro veces más posibilidades de morir que las que viven en lugares con grados menores.
“Es así que vivir en condiciones de pobreza, determina menores posibilidades de sobrevivencia”, reiteró.
En su oportunidad, María del Carmen Díaz Amador, directora de World Vision México, refirió que la falta de calidad en los servicios de salud representa una amenaza grave al goce de los derechos humanos en el país.
Comentó que en México “hay una alta deficiencia en el sistema de salud, y en el acceso a las mujeres embarazadas, que al final del día son ciudadanas mexicanas que van a parir ciudadanos mexicanos”.
Para paliar esta problemática, World Vision propuso invertir de manera estratégica en recursos humanos, capacitación y equipamiento de los centros de atención a la salud a nivel primario, priorizando los centros en comunidades de menor índice de desarrollo humanos.
Asimismo, la inclusión de atender las causas directas de mortalidad materna, como las indirectas como lo son la diabetes, obesidad y VIH-Sida, entre otras.
Además de asegurar la transparencia y rendición de cuentas del ejercicio del gasto público en salud, mediante el fortalecimiento de las contralorías sociales y la participación ciudadana.
“Estas acciones deberían estar articuladas con proyectos micro regionales de desarrollo para garantizar el combate a la pobreza, el acceso a los servicios básicos”, puntualizó.