La exhibición de esta temporada, presentada en la tarde del lunes, viene marcada por varias novedades, entre las que figuran una temática alrededor de un diseñador poco mediático y la más relevante de todas: la inauguración del nuevo Anna Wintour Costume Center en el interior de las instalaciones del Met.
“Charles James se consideraba a sí mismo un artista y se acercó a la moda con un punto de vista de escultor y una lógica científica”, señala el director del museo, Thomas P. Campbell, añadiendo que “el Met es el lugar ideal para explorar la rica complejidad de su trabajo innovador”.
Bajo el nombre de “Charles James: Beyond Fashion”, la exposición examinará, desde el jueves al próximo 10 de agosto, la carrera del que es considerado como primer diseñador de “haute couture” en América y su peculiar aproximación a la moda entre la década de 1920 y el momento de su muerte, en 1978.
James es alabado por sus enfoques esculturales, científicos y matemáticos en la construcción de revolucionarios vestidos de gala, muy “sexies” para la época, y que siguen siendo una gran influencia para las nuevas generaciones de diseñadores.
De la mano de 65 exquisitas piezas, la muestra se divide en tres espacios diferenciados, en los que se potencian diferentes facetas de este diseñador nacido en Londres, quien se mudó en 1940 a la ciudad de los rascacielos para convertirla en su segundo hogar.
Según subraya el comisario del Costume Institute, Harold Koda, “Charles James era un genio de la moda con una fuerte carga emocional y una idiosincrasia rebelde, que, a su vez, estaba comprometido con la enseñanza”.
Esto explica que la exhibición esté tenida con fuertes dosis didácticas que iluminan con una mezcla de ciencia y arte todo el proceso de creación del diseñador, quien, a pesar de no tener una formación oficial, se fue haciendo un hueco entre la “jet set” de la industria.
Entre su amplio grupo de admiradores y conexiones, destacan maestros de la talla de Cristóbal Balenciaga o Christian Dior, quien llegó a llamarle "el gran talento" de su generación.
En las galerías de la primera planta del Met se recogen los vestidos de gala más glamourosos del creador, acompañados por cámaras infrarrojas y pantallas de plasma con el fin de ilustrar la arquitectura debajo de estas piezas de arte.
James bautizaba a sus creaciones con nombres con reminiscencias ligeras como “pétalo”, “cisne”, “hoja de trébol” o “mariposa”, aunque los diseños eran conocidos por ser muy pesados.
Como anécdota se cuenta que el espectacular “Butterfly Ball Gown” (1955), de 3.6 kilogramos de peso, fue adquirido en los grandes almacenes neoyorquinos “Lord & Taylor” por 1,250 dólares (12,000 dólares de hoy en día) y su propietaria aseguraba que era “sorprendentemente cómodo”.
Siguiendo el recorrido, la exposición continúa en el recién inaugurado espacio Anna Wintour Costume Center, donde destacan vestidos de noches y espectaculares abrigos, para terminar en una pequeña galería con bocetos, pinturas y pertenencias varias del autor.
Nombrado tras la poderosa editora de "Vogue", el Anna Wintour Costume Center se abre al público tras dos años de renovación y restructuración de lo que en su día fue el espacio del Costume Institute del propio museo.
A la presentación de la muestra anual del Instituto de Moda siguió, unas horas más tarde, la Gala Benéfica del Met, el mayor evento de alfombra roja de la Gran Manzana.
Como marca la tradición, una exclusiva lista de celebridades subió en la noche del lunes las escalinatas del Metropolitan para atender al evento privado, presidido en esta ocasión por la multimillonaria Aerin Lauder, los actores Bradley Cooper y Sarah Jessica Parker, el diseñador Oscar de la Renta, los filántropos Lizzie y Jonathan Tisch, y la reina de la moda en mayúsculas: Anna Wintour.