En la ceremonia religiosa en la isla de Giglio, en el Mediterráneo, donde naufragó el barco, también participaron vecinos del lugar.
El obispo Guglielmo Borghetti ofició la misa en la iglesia de San Lorenzo y san Mamiliano, en la que aquella noche fueron alojados numerosos sobrevivientes.
En la ciudad de Grosseto, en el centro de Italia, estaba prevista hoy otra audiencia en el juicio por el accidente, pero fue postergada al 27 de enero debido a una huelga de abogados.
Unos 30 pasajeros supervivientes y sus abogados hicieron un minuto de silencio junto con jueces y fiscales en la sala en la que el capitán Francesco Schettino responde por el naufragio ocurrido el 13 de enero de 2012.
Previamente, Schettino manifestó en Grosetto que sufre un dolor insuperable. "Reitero que estoy cerca de los familiares de las víctimas", dijo el italiano, que es el único que está siendo juzgado por lo ocurrido.
En una entrevista con el diario francés Le Figaro, Schettino responsabilizó a su tripulación y a los dueños del "Costa Concordia" por el accidente del 13 de enero de 2012.
El barco chocó contra un arrecife y naufragó después de haber sido acercado peligrosamente a las costas de la isla de Giglio. Los procesos de evacuación se retrasaron y Schettino abandonó el barco antes de que finalizaran.