"(Ambos países acordaron) mantener un diálogo permanente, constante y transparente", reconoció el canciller mexicano, José Antonio Meade, casualmente de visita en Chile.
Las gestiones bilaterales fueron admitidas también por el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Múñoz. "Hemos estado conversando con el gobierno mexicano al más alto nivel y yo, personalmente, con el propio canciller".
"No voy a decir nada más, porque la diplomacia es reservada, y estas cuestiones hay que hacerlas por conducto regular y de la manera en que pueda ojalá terminar con éxito", añadió el jefe diplomático chileno.
Muñoz además garantizó todo el apoyo del gobierno de Michelle Bachelet a la familia de Maxwell, recluido en un penal de alta seguridad en Veracruz. "Debemos estar permanentemente preocupados de Laurence Maxwell", subrayó.
No obstante, el canciller mexicano descartó una deportación inmediata del ciudadano chileno, de 47 años.
"El asunto ya está frente a un juez desde el principio y por lo tanto es en esa instancia jurisdiccional donde deberá resolverse con la mejor de las voluntades", dijo Meade.
Por su parte, la familia de Maxwell denunció irregularidades en su detención, ocurrida el jueves.
"Le pusieron un abogado de oficio, un señor que se llama Rafael Omalaya, que más bien ha interferido cualquier comunicación con él", reclamó hoy su padre, Alberto Maxwell, en medio de una creciente preocupación política en su país y en el extranjero.
El gobierno chileno está realizando gestiones diplomáticas para garantizar su seguridad y liberación.
"Los servicios consulares se realizarán para que (…) sus derechos fundamentales estén debidamente garantizados", aseveró ya el vocero del gobierno de Bachelet, el ministro Álvaro Elizalde.
Paralelamente, la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados citó hoy a la familia de Laurence Maxwell, para analizar el caso.
En el extranjero, el premio Nobel de la Paz alternativo Martín Almada demandó al gobierno mexicano corregir los hechos, en una carta pública.
"Sin pruebas, el señor Maxwell fue incomunicado y acusado de diversos delitos que lo pueden condenar a 50 años de cárcel, en una situación que lamentablemente deteriora aún más la credibilidad del gobierno mexicano", aseveró Almada.
Laurence Maxwell, de 47 años y que realiza un doctorado en letras en la Universidad Autónoma de México, fue detenido por la policía mexicana y acusado de haber provocado graves disturbios durante la manifestación del jueves en la que participaron miles de personas.
El escritor, líder años atrás de las protestas estudiatiles contra la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es el único extranjero detenido en las demostraciones, niega su participación en los hechos. (DPA)