Se estrella una nave espacial rusa con carga vital para la plataforma orbital

Por primera vez en más de 30 años de existencia, un carguero espacial Progress se estrelló hoy poco después del despegue, justo cuando de estas naves automáticas rusas depende plenamente la Estación Espacial Internacional (EEI).

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Fotografía cedida por el Roscosmos despegando en Baikonur (Kazajistán) de la nave Progress M-09M.

"Según datos preliminares, el cohete portador sufrió un fallo en el bloque propulsor, lo que desencadenó su desconexión en el segundo 325", es decir, a los cinco minutos del despegue, informó la agencia espacial rusa, Roscosmos.

Los fragmentos de la Progress M-12M, lanzada desde el cosmódromo kazajo de Baikonur con 2,6 toneladas de reservas de agua, oxígeno, alimentos y equipos, cayeron en el distrito Choiski de la república siberiana de Altái, según informaron fuentes policiales locales a la agencia Interfax.

Al parecer, añadieron, la nave no tripulada se precipitó contra la tierra "en un descampado, lejos de zonas pobladas".

"Según datos preliminares, no hubo ni incendio, ni heridos", precisaron.

Sin embargo, otras fuentes, citadas por la agencia RIA-Nóvosti, no descartan la posibilidad de que los fragmentos pudiesen haber caído en una zona poblada de la taiga.

"La explosión fue tan fuerte que a unos cien kilómetros casi saltaron los cristales de las ventanas", afirmó el jefe del distrito Choiski, Alexandr Borísov.

El funcionario subrayó que en los últimos 40 años que vive en aquella región allí habían caído numerosos restos de cohetes portadores lanzados desde Baikonur, pero nunca se había registrado una explosión de tal magnitud.

El Centro de Control de Vuelos Espaciales perdió contacto por radio con la nave antes de que ésta se separara del cohete portador Soyuz-U, lo que estaba previsto para las 17:09 hora local (13:09 GMT).

"Hubo un corto mensaje telemétrico sobre un fallo y luego la Progress desapareció del radio de comunicación", dijo un portavoz de la industria aeroespacial rusa a la agencia Interfax.

Por ello, el carguero nunca llegó a alcanzar la órbita prevista, tras lo que debía poner rumbo a la plataforma orbital.

Ésta es la primera vez en la historia de la cosmonáutica tripulada rusa cuando se produce un fallo en el lanzamiento de un carguero.

Desde la retirada de los transbordadores estadounidenses a principios de agosto, las Progress rusas son el único medio de transporte de cargas entre la Tierra y la EEI, adonde suelen llevar varias veces al año oxígeno, combustible, alimentos y diversos equipos.

No obstante, las autoridades rusas han descartado que el accidente vaya a afectar al funcionamiento de la estación espacial y de sus seis tripulantes.

"En la EEI hay suficientes reservas para abastecer a los cosmonautas hasta la llegada del próximo carguero Progress", aseguró Vladímir Soloviov, jefe del segmento ruso de la EEI.

Asimismo, descartó la necesidad de que retornen a la Tierra en naves tripuladas rusas Soyuz los miembros de la tripulación de la estación, que ya han sido informados sobre lo sucedido.

"Hay que analizar atentamente la situación. Por el momento no es tan crítica como para hablar sobre el regreso anticipado de los astronautas", dijo a la agencia Interfax.

Lo que sí se está planteando Roscosmos es adelantar el lanzamiento del próximo carguero para evitar un problema de desabastecimiento.

El carguero Progress fue creado sobre la base de las naves tripuladas Soyuz para transportar mercancía a las estaciones espaciales, y su primer lanzamiento se realizó en 1978 a bordo del cohete portador Soyuz-U.

Tras cumplir con su misión, los cargueros se desenganchan de la EEI, se dirigen a las capas espesas de la atmósfera, donde se queman, y los restos caen en el océano Pacífico.

Rusia, el primer país en enviar un hombre al espacio hace 50 años, ha sufrido en los últimos meses varios reveses en el ámbito de los vuelos espaciales y la aeronáutica.

La pasada semana se extravió el satélite de telecomunicaciones Express-AM4, de casi seis toneladas de peso, y con anterioridad un satélite militar geodésico después de que el aparato entrara en órbita elíptica y no circular, como estaba previsto.

Hace varios meses también se perdieron tres satélites que Rusia había lanzado para completar su sistema de posicionamiento global GLONASS.