Por primera vez desde la formación de su gobierno de coalición, Samarás ha defendido este jueves ante el comité político de su partido, Nueva Democracia (ND), la necesidad de aprobar un paquete de dolorosas medidas de ahorro por 11,600 millones de euros.
"Estas medidas de recortes son parte del plan de rescate a Grecia", ha explicado el jefe del Gobierno a los altos cargos de su partido.
"De no cumplirlas perderíamos completamente nuestra credibilidad y el país sería pronto obligado a abandonar la eurozona", alertó.
Eso sí, ha prometido que los nuevos recortes, algunos de los cuales son "difíciles pero inevitables", serán los últimos.
Según Samarás, su gobierno ha conseguido "restablecer la credibilidad del país al extranjero", algo que considera "primordial" para poder negociar con sus socios la salida del país de la crisis.
Pero los partidos de la coalición del gobierno no han logrado hasta ahora superar las diferencias sobre los detalles del citado paquete de ahorro, que la troika -integrada por expertos de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- exige como condición para que Atenas continúe recibiendo ayuda financiera externa.
Y también en el seno de Nueva Democracia Samarás afronta serias resistencias de algunos de sus correligionarios, ante lo impopular y doloroso que resulta el plan de austeridad.
Las negociaciones para ultimar el paquete para los próximos dos años (aunque Grecia quiere ampliar ese período a cuatro años) han comenzado hace mes y medio, y se espera que estén concluidas para ser presentadas a los jefes de la troika que llegarán a Atenas la próxima semana.
Sin embargo, una nueva reunión entre los responsables de economía de los tres partidos gobernantes concluyó hoy, una vez más, sin resultados.
El diario griego Kathimerini asegura este jueves, en base a fuentes anónimas, que los recortes propuestos serán más severos de lo esperado, y que solo con los de las pensiones el gobierno espera ahorrar 4,500 millones de euros.
Otros 1,400 millones de euros se conseguirían reduciendo los gastos de sanidad, mientras que a los presupuestos de defensa y a los subsidios a autoridades se les quitarían 500 millones de euros y 750 millones de euros, respectivamente.
Por otro lado, Samarás defendió hoy, en la reunión de su partido para elegir un nuevo secretario general, la polémica operación policial Xenios Zeus contra la inmigración ilegal, criticada duramente por organizaciones de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional, o el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Según el primer ministro heleno, esa operación, por la cual se han intensificado los controles legales a los inmigrantes, es necesaria para "restablecer el sentimiento de seguridad al pueblo".