"Vengan para acá inversionistas. Nosotros no somos los monstruos stalinistas que ustedes creen, ese mundo ha pasado. Yo tengo bigote, me parezco a (José) Stalin, pero no soy Stalin", manifestó el mandatario.
"Yo les tiendo mi mano a los peores enemigos de Venezuela. Ustedes verán si siguen perdiendo el tiempo con los fracasados de la derecha venezolana", señaló Maduro en una rueda de prensa en la casa de Gobierno.
Indicó que las sanciones aprobadas por el presidente Donald Trump contra Venezuela afectan a los inversionistas estadunidenses, que se ven impedidos de hacer negocios en este país.
Es “obsoleto, denigrante y fracasado” medir a Venezuela con los esquemas de la Guerra Fría, sostuvo el gobernante.
"Yo diría que están cometiendo un error al vernos con los ojos de la Guerra Fría, sus asesores están haciendo equivocar (a Trump), Venezuela no es un país comunista de la Europa del Este, es un país libre, democrático. Yo no soy un dictador y el pueblo venezolano no aceptaría un dictador”, aseveró.
Maduro agregó que se considera un obrero, un trabajador, pero también un luchador que cree en la palabra, en la diplomacia y el diálogo.
Asimismo, acusó al senador estadunidense Marco Rubio de ser el asesor de Washington sobre la políticas hacia Venezuela.
"Ojalá Washington no tenga esa visión parcializada que tiene Marco Rubio", señaló el mandatario e invitó al senador republicano por Florida para que visite Venezuela y conozca la situación del país.
Por otra parte, Maduro consideró que las sanciones de Estados Unidos contribuyeron a la victoria del chavismo en las elecciones regionales del pasado domingo, en las que ganó 17 de 23 gubernaturas, indicando que la "agresión" de Trump hizo que los venezolanos salieran a votar.
"Mientras más nos agreden, más nos fortalecemos, porque a los venezolanos no les gusta que nadie los ningunee. Por aquí corre sangre del Libertador, del más grande de los grandes de América, Simón Bolívar", expresó.
Agregó que la victoria en las elecciones regionales significa que el oficialismo ganó el 78 por ciento de las gubernaturas en disputa y 54 por ciento del voto nacional.