En el exilio por oponerse a la reforma constitucional en su país, Ortega fue invitada al Vaticano para participar en una cumbre mundial de juezas y fiscales mujeres convocadas por la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales. El encuentro se centró en los delitos de tráfico humano y crimen organizado.
En su ponencia, ante unas 100 funcionarias de diversas nacionalidades, la procuradora denunció que el gobierno de Maduro y sus medidas han empujado a más de dos millones de personas a abandonar el país, alimentando así la trata de personas.
“Estamos desesperados. Es un desastre”, clamó en declaraciones a un grupo de periodistas, al describir la situación en Venezuela, donde “ya no se encuentran los productos de primera necesidad”, mientras “el dólar está disparado” y “el aparato productivo destruido”.
Por eso manifestó la urgencia de abrir un “canal humanitario”, motivo por el cual sostuvo reuniones con diversas personalidades en Europa.
“Creo que el gobierno debe irse en su totalidad. El Consejo Nacional Electoral (CNE) no funciona, es un brazo del gobierno. El Tribunal Supremo de Justicia tampoco, ahora el Ministerio Público que funciona en Venezuela es ilegítimo, tampoco sirve. Hay que cambiar todas las estructuras, pero no puede cambiarlas el gobierno”, advirtió.
Sostuvo que las recientes elecciones de gobernadores “fueron todo un fraude” que se concretó mucho antes del sufragio con una serie de acciones encaminadas a impedir que el elector pueda ir, libremente y con transparencia, a ejercer su derecho al voto.
“De esa manera nadie le va a ganar al gobierno, ellos manejan todo. Venezuela no es un Estado libre, está sometido a los caprichos, a la tortura, a la persecución y al terrorismo de Estado que está ejerciendo el gobierno”, denunció.
Se mostró sorprendida por el anuncio, en las últimas horas, de una nueva ronda de negociaciones entre el gobierno y la oposición, prevista para el 15 de noviembre próximo en República Dominicana.
Recordó el fracaso en el anterior intento de diálogo y se mostró preocupada por la falta de transparencia sobre la agenda de estos encuentros. “Debe haber una transparencia, una seguridad, un conocimiento de qué está pasando, quiénes son y qué van a discutir”, insistió.
“Hay que buscar una salida a esta grave crisis y no es con el diálogo como se ha venido planteando hasta ahora. El único diálogo posible es para la salida definitiva de este gobierno”, siguió.
“Creo en la mediación, pero sobre la base de la salida de Maduro. La negociación no se puede descartar con nadie, pero debe hacerse sobre algo claro de qué discutir. No se puede ir en blanco”, estableció.
Al mismo tiempo, Ortega rechazó la aplicación de sanciones como el embargo comercial contra el país, porque eso afectaría al pueblo, y solicitó que se adopten medidas contra los venezolanos con fortunas en el exterior.
Se pronunció porque se congelen las cuentas bancarias de los altos funcionarios venezolanos y de sus testaferros porque “no deben disfrutar ni un solo centavo de lo que le han robado al pueblo venezolano”.
“Este no es un problema de izquierdas o derechas, esta es una tragedia. Quien viole los derechos humanos sea de centro, de izquierda o de derecha debe cuestionarse. De izquierda o de derecha, no puede ser que un pueblo esté sufriendo tanto como el pueblo de Venezuela”, dijo.
Confirmó que está proyectando llevar a los altos funcionarios del gobierno de Maduro ante la Corte Internacional de La Haya por delitos de lesa humanidad, pero no quiso anticipar detalles sobre cuándo presentará esa denuncia.
Insistió en la salida del gobierno “por una vía negociada” y habló de la necesidad de “buscar una alternativa” que no sea la oposición. “Hay que buscar una etapa de transición”, destacó. Y reconoció que constantemente teme por su vida.
“Me quitaron mi hogar y mi patria. En mi hogar está viviendo el Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional). Se robaron mi casa y mis propiedades, además me quitaron mi patria. Lo único que me queda es la vida y no me importa si es por dar felicidad de todos los venezolanos”, precisó.