El fallecido fiscal apareció en su vivienda el domingo con un disparo en la sien, tras denunciar el pasado miércoles a la mandataria por encubrimiento a Irán en la causa por el atentado contra la mutual judía AMIA que dejó 85 muertos en Buenos Aires en 1994.
Desde el domingo, la posición inicial del gobierno había sido abonar la hipótesis del suicidio. Sin embargo, con el paso de los días y el avance de la investigación, las dudas e interrogantes alrededor de la muerte se fueron incrementando.
El lunes, la jefa de Estado manifestó en un carta pública: "La muerte de una persona, siempre causa dolor y pérdida entre sus seres queridos, y consternación en el resto. El suicidio provoca, además, en todos los casos, primero: estupor, y después: interrogantes. ¿Qué fue lo que llevo a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?". Luego, se refiere al caso del "¿suicidio?", con signos de interrogación.
Pero hoy, la jefa de Estado, que volvió a expresarse por las redes sociales sobre el caso, dijo estar "convencida" de que lo de Nisman "no fue suicidio".
"Al fiscal Nisman no lo hacen volver (al país de sus vacaciones) sólo para denunciar algo que sabían no tenía sustento y que no podía perdurar", afirmó la jefa de Estado sin especificar a quién se refiere que hizo retornar al funcionario.
Para la presidenta, a Nisman "lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible", escribió.
Fernández de Kirchner pidió "mucha protección" para el asistente que el sábado le entregó al fiscal el arma de la que habría salido el disparo que lo mató y que luego apareció junto al cadáver.
Diego Lagomarsino, un colaborador cercano a Nisman, se presentó en forma espontánea ante la Justicia y contó que el sábado llevó el arma que fue encontrada junto al cuerpo del fiscal.
Lagomarsino, de 35 años, dijo que Nisman le pidió prestada el arma por seguridad, pese a que contaba con dos armas registradas. Según los custodios, Nisman había pedido dejarlo solo el sábado y buscarlo el domingo por la mañana. El joven, ex empleado de la Secretaría de Inteligencia, ahora está custodiado en un hotel.
"Resulta imposible no observar que en cualquier lugar del mundo, si alguien aparece muerto por un arma que está registrada a nombre de otra persona y esa misma persona resulta ser la última que estuvo con él en vida, le entregó el arma en el mismo lugar del hecho, su casa, y es un íntimo colaborador suyo especialista en informática que trabaja también en la causa AMIA desde el año 2007, resulta cuanto menos raro", señala sobre Lagomarsino.
La presidenta también reclamó que se investigue "lo más rápido posible" a los policías que custodiaban a Nisman, quien después de denunciar a la jefa de Estado había dicho que sabía que "podía terminar muerto".
Además, apuntó al histórico ex espía Antonio Stiusso, desplazado en las últimas semanas de la Secretaría de Inteligencia (SI) tras 41 años en funciones, como quien habría aportado la "información falsa" a Nisman.
"AMIA y la denuncia del fiscal Nisman", tituló la presidenta la carta que difundió en las redes sociales. A continuación, señala: "Los espías que no eran espías. Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio".
Nisman iba a presentar el lunes en el Parlamento para detallar su denuncia y aparentemente para mostrar pruebas. Pero apareció sin vida la noche del domingo.
Para la jefa de Estado la denuncia del fiscal "nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del Fiscal después de acusar a la Presidenta".
Fernández de Kirchner señaló que la denuncia en su contra no tiene "pruebas ni sustento", que está "plagada de información 'plantada'" y que la acusación por encubrimiento "se derrumba". (DPA)