El "Informe sobre Tráfico de Personas 2012" del Departamento de Estado acusa a veinte países, tres más que el año pasado, de no implementar las acciones necesarias para combatir el problema de la "esclavitud moderna", por lo que podrían recibir sanciones como la congelación de la ayuda no humanitaria y no comercial.
Tanto China como Rusia llevaban nueve años consecutivos en la lista de vigilancia del Departamento de Estado sobre tráfico de personas, el paso previo a entrar en la "lista negra", y han sido incluidos en ella ante la falta de esfuerzos demostrables del Gobierno para luchar contra esa lacra, según el documento.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene ahora 90 días para determinar si aplica sanciones a esos países, de acuerdo con la ley estadounidense de protección a la víctimas del tráfico de personas.
China es "fuente, tránsito y destino" de víctimas de trata de personas, y su Gobierno "no ha demostrado esfuerzos significativos para prohibir íntegramente y sancionar todas las formas de tráfico", además de "perpetuar" activamente el tráfico "en al menos 320 instituciones estatales mientras que ayudaba a víctimas en sólo 7".
En cuanto a Rusia, durante 2012 su Gobierno "no tenía ningún mecanismo formal de identificación de víctimas", e hizo "mínimos esfuerzos para identificar o preocuparse por el gran número de trabajadores migrantes vulnerables a la explotación laboral", según el informe.
Uzbekistán, que llevaba seis años en la lista de vigilancia, tiene "uno de los pocos Gobiernos del mundo que somete a sus ciudadanos a trabajos forzados a través de una política de estado", y en 2012 continuó forzando a los mayores de 15 años y los adultos "a recolectar algodón", apunta el documento.
El informe, que estudia el tráfico de personas en 188 países y los clasifica en cuatro categorías según su cumplimiento, condena también la complicidad con esa lacra de Libia, Yemen, Arabia Saudí, Sudán, República Democrática del Congo y Mauritania, situados también en la "lista negra".
Cuba es el único país latinoamericano que permanece en esa categoría, por su carácter de "fuente de adultos y niños que son sometidos a tráfico sexual y trabajos forzados" y por el hecho de que "su Gobierno no está haciendo esfuerzos significativos para cumplir con los mínimos estándares para la eliminación del tráfico".
En su informe del año pasado, Estados Unidos eliminó a Venezuela de esa "lista negra" para colocarla en la de vigilancia, en la que permanece este año.
Otros países en la lista de vigilancia son Haití, Honduras, Guyana, Barbados, Santa Lucía, Trinidad y Tobago, Marruecos, Mali, Ruanda, Tanzania, Líbano, Ucrania y Turkmenistán.
El Departamento de Estado calcula que en todo el mundo hay 27 millones de víctimas del tráfico de personas, un término que engloba a quienes están sujetos a servidumbre involuntaria, esclavitud, servidumbre por deudas, trabajo forzoso o explotación sexual. (EFE)