En un comunicado, Codelco aseguró que la empresa "no tiene responsabilidad en los problemas sufridos por un grupo de niños de colegios de Quintero, de acuerdo a la información recogida hasta este momento por la empresa".
Según la compañía, la estación de control instalada en esa localidad, a unos 140 kilómetros al noroeste de Santiago, no ha detectado aumentos en las concentraciones de dióxido de azufre, gas que es emitido principalmente por la fundición de Codelco Ventanas.
Codelco argumenta además que algunos equipos se encuentran en mantenimiento desde la noche de este martes y, por tanto, la producción y emisiones de la fundición son menores a las habituales.
La empresa ha solicitado a las autoridades de Salud que realicen una investigación para determinar el origen de estas emanaciones.
Las molestias comenzaron hoy, cuando alumnos de uno de los colegios afectados, el Alonso de Quintero, empezaron a sufrir malestar en el estómago, vómitos, picazón en la garganta y dolores de cabeza, lo que obligó a evacuar el recinto y suspender las clases.
El alcalde de Quintero, José Varas, también ordenó la suspensión de actividad física en los otros tres centros afectados, y vinculó este episodio con las emanaciones de las industrias ubicadas en la bahía, frente al Pacífico.
El pasado mes de marzo, la planta de fundición y refinería Codelco Ventanas emitió una nube tóxica que provocó la intoxicación de unas cuarenta personas y obligó al cierre temporal de una escuela ubicada en el barrio de La Greda, que fue reabierta poco después.
Tras conocer el resultado de un estudio que confirmó la presencia de plomo y arsénico en la sangre de los niños, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, anunció el pasado 29 de julio que la escuela será clausurada en diciembre, cuando finalice el año escolar.
La escuela se encuentra a sólo 500 metros del complejo industrial de Ventanas, donde funciona la planta de Codelco, junto a una veintena industrias contaminantes.
