Estos encuentros proporcionan una oportunidad para considerar cómo vamos a participar uno con el otro durante los próximos 40 años, explicó tras la reunión el secretario norteamericano de Estado, Rex Tillerson, quien encabezó la cita junto al titular de Defensa, James Mattis.
La delegación visitante estuvo comandada por el consejero de Estado, Yang Jiechi; y por el general Fang Fenghui, miembro de la Comisión Militar Central y jefe del Estado Mayor Conjunto del gigante asiático.
En conferencia de prensa, Tillerson sostuvo que debatieron cuestiones en las que comparten intereses de seguridad y otras en las cuales reconocen la existencia de diferencias.
Indicó que uno de los temas fundamentales de los diálogos fue la República Popular Democrática de Corea (RPDC), que Washington considera una amenaza tras los lanzamientos de misiles balísticos realizados por ese país en los últimos meses.
Hacemos un llamamiento a la RPDC para que detenga su programa de armas nucleares ilegales y su prueba de misiles balísticos, expresó el jefe de la diplomacia norteamericana, a pesar de que Pyongyang ha defendido reiteradamente el carácter defensivo de esas operaciones.
Washington y otras fuerzas hostiles lanzan sin parar la injusta e ilegal campaña de sanción y presión hacia la RPDC, desvirtuando la esencia del ejercicio de derecho a la autodefensa de nuestro país, manifestó recientemente el país oriental.
De acuerdo con Tillerson, también tuvieron un 'intercambio franco de visiones sobre el Mar Meridional de China' y decidieron adoptar una mayor coordinación para enfrentar la amenaza global que representa el terrorismo.
Asimismo, informó que los equipos civiles y militares de los dos países inician debates en nuevas áreas de importancia estratégica como el espacio, el ciberespacio, las fuerzas nucleares y las cuestiones de no proliferación.
Por su parte, Mattis señaló que priorizaron mecanismos que contribuyan a abrir y mantener canales efectivos de comunicación, y que amplíen las áreas de cooperación donde sea posible.
La reunión, recordaron, es resultado del encuentro que sostuvieron en abril pasado el presidente estadounidense, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping, durante una cita de dos días en la residencia de Mar-a-Lago, en el estado norteamericano de Florida.
Según Tillerson, el jefe de la Casa Blanca espera con interés su visita a China a finales de este año.