En el periodo 2007–2011, las reformas en materia tributaria se encaminaron a establecer cinco nuevos impuestos e incrementos de tasas impositivas de nueve tributos, medidas que en conjunto impulsaron la recaudación en 12.6 por ciento en términos reales, por lo que los ingresos tributarios como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) pasaron de 9.3 a 10 por ciento.
Así lo señaló el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, en el documento “Ingresos tributarios no petroleros 2007-2011”.
Detalló que los principales;Impuesto Sobre la Renta (ISR) e Impuesto al Valor Agregado (IVA);, no incidieron de forma significativa en la recaudación, por lo que, a fin de fortalecer los ingresos tributarios será necesario buscar estrategias que incurran directamente en las bases sobre las cuales se calculan dichos gravámenes.
En lo que respecta a las modificaciones al Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) no petrolero se orientaron a incrementar las tasas impositivas, así como la adición de nuevos gravámenes.
Dichas reformas, destacó, “pretendían cumplir con fines extrafiscales, es decir, inhibir el consumo de los bienes gravados por el IEPS; sin embargo, resulta cuestionable su eficacia debido a que no existen indicadores que permitan evaluar si se cumplen o no los fines de los impuestos especiales”.
El CEFP resaltó que tratándose del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) hay resultados favorables de su existencia, en el sentido de acotar ciertos regímenes especiales; sin embargo, “conforme pase el tiempo se tendrán mayores evidencias sobre su eficacia como un impuesto complementario del ISR”.
Mencionó que dichas reformas al sistema tributario mexicano que en conjunto con el desempeño estable de la actividad económica impulsaron un crecimiento moderado de los ingresos tributarios, “no han sido suficientes para hacer frente a las necesidades crecientes del gasto público, lo que ha implicado que los ingresos petroleros continúen sustentando gran parte de las finanzas públicas”.
Por ello, resaltó que es necesario que en el corto plazo se defina el rumbo de la política tributaria, a fin de fortalecer los ingresos derivados por impuestos bajo principios de proporcionalidad y equidad.
En el documento, el CEFP precisó que en promedio y durante ese periodo, la participación de los ingresos tributarios no petroleros respecto al total de los presupuestarios representaron 42.5 por ciento.
Sin embargo, los petroleros simbolizaron 33.9 por ciento, lo que significó que las finanzas del país continuaran vulnerables al sustentar el gasto público –en una tercera parte– con recursos altamente volátiles, como los energéticos.
Destacó que el ISR fue el principal impuesto al aportar en promedio de 2007 a 2011, 48.8 por ciento de la recaudación. En tanto el IVA significó 37.7 por ciento; en conjunto estos dos representaron 86.5 por ciento del total de dichos ingresos.
En cuanto al IEPS no petrolero, puntualizó que entre 2007 y 2011 la recaudación mostró un incremento de 36.8 por ciento en términos reales, equivalente a un crecimiento de 0.12 por ciento del PIB.
Precisó que otros impuestos, como la Tenencia de Vehículos, Automóviles Nuevos y Accesorios, mostraron un decremento en su recaudación de 2007 a 2011 de 16 por ciento en términos reales, lo que significa un 0.1 por ciento del PIB, situación asociada a la menor captación.
Refirió que en 2007 el Congreso de la Unión aprobó la eliminación de la Tenencia a partir de 2012; sin embargo, algunas entidades federativas se anticiparon a la eliminación adoptando el impuesto en sus localidades, por lo que la recaudación a nivel Federal fue disminuyendo.
Respecto al Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), agregó que a partir de 2008 entró en vigor como un gravamen complementario al ISR con la finalidad de incrementar la recaudación de los ingresos tributarios.
El Centro de Estudios subrayó que si bien el IETU como impuesto complementario contribuyó a una mayor captación, los resultados en el periodo 2008-2011, del IETU en particular, muestran una tendencia negativa al disminuir su captación en 11.6 por ciento en términos reales ‐0.1 por ciento del PIB‐, comportamiento contrario al incremento de su tasa impositiva que pasó de 16.5 a 17.5 por ciento.
Al respecto, refirió que la SHCP en su documento de diagnóstico sobre el IETU, concluye que dicho impuesto ha cumplido con sus principales objetivos como complementario del ISR, “por lo que la autoridad considera que el IETU no debe ser eliminado toda vez que acota los privilegios fiscales de algunos sectores con regímenes especiales en la Ley del ISR”.
En cuanto al Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE), agregó que éste entró en vigor el primero de julio de 2008, como un gravamen con fines extrafiscales, es decir, “no busca captar recursos del contribuyente para el sustento del gasto público; su finalidad es combatir la informalidad mediante el cobro del tres por ciento a los depósitos en efectivo –la tasa inicial del impuesto fue del dos por ciento-”.
En materia de recaudación, la tendencia no solamente ha sido a la baja sino que además en 2011 su captación fue negativa.
Significa que los contribuyentes recibieron devoluciones o presentaron compensaciones relacionadas con este impuesto.
Refirió que en octubre de 2011, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) dio a conocer que derivado de la información obtenida de las declaraciones del IDE se identificaron alrededor de 600 mil contribuyentes que recibieron depósitos y evadieron el pago del ISR, por lo que empleó como estrategia enviar cartas a los informales invitándolos a regularizar su situación fiscal; con estas medidas el SAT pretende captar cinco mil millones de pesos.