Con 234 votos a favor y 193 en contra, la Cámara baja aprobó una medida republicana que prorroga un año los recortes de impuestos a la nómina y dos años los subsidios de desempleo. Obama ha amenazado con vetarla si prosperara en el Senado, donde son mayoría los demócratas.
La extensión de estos recortes tributarios y de los subsidios de desempleo constituyen una prioridad para el presidente de Estados Unidos, quien se opone al plazo de 60 días para dar luz verde a la construcción del oleoducto Keystone XL después de que el mes pasado su gobierno optara por aparcar durante más un año una decisión sobre su recorrido.
Durante un debate de 90 minutos previo al voto, tanto demócratas como republicanos dejaron al desnudo sus diferencias ideológicas sobre cómo financiar los recortes tributarios y cómo espolear la recuperación económica.
Si el Congreso no prorroga los recortes de impuestos a la nómina, la carga fiscal subirá el 1 de enero del actual 4.2 por ciento al 6.2 por ciento para alrededor de 160 millones de estadounidenses.
El Senado rechazó recientemente una propuesta demócrata que hubiese aumentado los impuestos a quienes perciben ingresos de más de un millón de dólares.
Pero la inclusión de la normativa sobre el oleoducto Keystone XL, una táctica de presión de los republicanos, generó la mayor discordia, aunque los demócratas no lograron torpedear la votación de la medida.
El legislador republicano de Luisiana, Steve Scalise, aseguró que la construcción del oleoducto de 7,000 millones de dólares, que trasladará petróleo desde el occidente de Canadá hasta las costas tejanas del Golfo de México, ayudará a crear 20,000 empleos y, a su juicio, no hay razón en el mundo para oponerse al proyecto.
Desde un mismo guión, los demócratas, entre ellos la líder de la minoría demócrata en la Cámara baja, Nancy Pelosi, y el legislador neoyorquino Charles Rangel replicaron que la exigencia republicana sobre Keystone XL no es más que una "cortina de humo".
Rangel consideró que lo correcto es votar por separado el asunto del oleoducto y no maniatar al Congreso con elementos "extrínsecos".
Ante las presiones de grupos ecologistas, el Departamento de Estado, implicado en la supervisión del oleoducto por tratarse de un proyecto transfronterizo, postergó una decisión definitiva hasta el primer trimestre de 2013 mientras evalúa una nueva ruta en el tramo de Nebraska.