El Museo Nacional del Bardo, estrella del patrimonio tunecino, ha sufrido en los últimos años un atentado terrorista, la crisis del sector turístico, las restricciones de la pandemia y un cierre "excepcional" desde que en julio de 2021 el presidente Kais Said se hiciera con plenos poderes y suspendiese el Parlamento, edificio con el que comparte recinto.