La empresa estadounidense prevé además que los ingresos de sus cafeterías se mantengan a la baja durante el resto del año, a pesar de que una gran mayoría ya ha reabierto, según informó en un escrito al regulador bursátil.
Starbucks indicó que un 95 % de los alrededor de 8,000 establecimientos que gestiona directamente -no franquicias- en Estados Unidos están operando actualmente, con distintos tipos de servicio, en algunas casos solo con productos para llevar.
En el conjunto del año, la compañía espera que las ventas en sus dos principales mercados, Estados Unidos y China, bajen entre un 10% y un 20%.
Además de cerrar unas 400 cafeterías durante los próximos 18 meses, la empresa con sede en Seattle (Washington, EE.UU.) va a abrir únicamente unas 300 nuevas en el actual ejercicio fiscal, aproximadamente la mitad de las que tenía previsto inicialmente.
Como consecuencia de la COVID-19, Starbucks va a apostar también por tiendas únicamente para recogida de pedidos, sobre todo en áreas urbanas como Nueva York, San Francisco o Chicago.
Además, va a reformar muchos de sus establecimientos al considerar que, a causa de la pandemia, los clientes van a querer pasar menos tiempo allí y prefieren más facilidades para comprar sus cafés para llevar.
"Los Starbucks siempre han sido conocidos como el 'tercer lugar', un lugar acogedor fuera de casa y el trabajo donde conectamos en torno a una taza de café", explicó el consejero delegado, Kevin Johnson, en un comunicado.
"A medida que navegamos la crisis de la COVID-19, estamos acelerando nuestros planes de transformación de establecimientos para responder a las realidades de la situación actual, a la vez que seguimos ofreciendo una experiencia segura, familiar y útil para nuestros clientes", añadió.
Tras el anuncio, las acciones de Starbucks registraron claras pérdidas en Wall Street y cerraron con un retroceso de algo más del 4 %.