La rebaja de Fitch hunde a la Bolsa griega, a la espera de la quita de deuda

La Bolsa de Atenas ha sufrido hoy pérdidas cercanas al seis por ciento, en una jornada en las que las cotizaciones se vieron empujadas a la baja por la decisión de la agencia Fitch de rebajar hasta el nivel C, un sólo escalón por encima del "impago", la calidad de la deuda helena.

El índice general del parqué ateniense cerró la jornada en 751.96 puntos, un 5.67 por ciento menos que en la jornada anterior.

Peor fueron las cosas para el índice bancario, que retrocedió un 12.21 por ciento y que en los últimos días ha acumulado ya pérdidas del 21.38 por ciento.

Durante la segunda quincena de enero y la primera semana de febrero, la Bolsa de Atenas registró grandes ganancias por la cercanía del acuerdo entre Grecia y la troika para la concesión de un nuevo préstamo de 130,000 millones de euros y la luz verde al proceso de condonación de parte de la deuda griega.

Sin embargo, las dudas de los últimos días sobre una plena participación en esa quita y la intención de Atenas de forzar a los tenedores a acogerse a ella a través de Cláusulas de Acción Colectiva, ha cambiado el humor de los mercados.

Pero el impacto más negativo fue la toma de posición de Fitch, que en un comunicado distribuido hoy se declaró frontalmente en contra del proceso de quita.

"Fitch considera que si se realiza la propuesta de reducir la carga de la deuda pública de Grecia a través de un canje de deuda con los acreedores privados, constituiría una calificación de impago", aseguró la agencia de calificación.

Esta es la opinión que han mantenido los fondos de riesgo que poseen títulos de deuda helena, que han amenazado con hacer uso de las permutas de impago crediticio (CDS) si se les obliga a participar en la quita, una posición que ha sido reforzada por la declaración de Fitch.

Los grandes bancos, representados por el Instituto Internacional de Finanzas, se han mostrado más partidarios de la quita, pues esperan que los incentivos que repartirá Grecia y los fondos destinados a la recapitalización bancaria (ambos a pagar con el nuevo crédito) les permitirán paliar parte de las pérdidas.