La compañía con sede en Armonk (Nueva York, EE.UU.), que en los últimos tiempos había logrado un tímido regreso al crecimiento tras años de caída de la facturación, sufrió en los pasados nueve meses un duro revés y vio cómo las ventas volvían a caer, esta vez un 3.8 % interanual.
El histórico fabricante de ordenadores y otros equipamientos electrónicos (ahora transformado fundamentalmente en una empresa de servicios digitales) ingresó desde que empezó el año 53,253 millones de dólares, frente a los 55,370 millones registrados en septiembre del ejercicio anterior.
Como consecuencia de la caída de ingresos y beneficios, los accionistas de IBM obtuvieron unas ganancias por título también inferiores a las de hace un año, y pasaron de los 6.45 dólares de 2019 a los 4.72 actuales.
Los servicios tecnológicos globales siguen siendo la mayor fuente de ingresos de IBM (36.1 %), aunque seguidos de cerca por el software cognitivo y la nube (31 %) y, ya a mayor distancia, los servicios globales a empresas (22.5 %).
El segmento de software cognitivo y nube, considerado estratégico para el futuro de la compañía, fue el único que no sólo no vio caer la facturación en los últimos tres meses, sino que la aumentó un 5.1 %.
"Los buenos resultados de nuestro negocio en la nube, liderados por Red Hay, destacan la creciente adopción por parte de los clientes de nuestra plataforma en nube híbrida abierta", apuntó el consejero delegado de la firma, Arvind Krishna.
Los resultados de IBM no convencieron a los inversores y sus acciones se dejaban un 2.29 % hasta los 107.35 dólares por título en las operaciones electrónicas posteriores al cierre de los parqués en Wall Street.