Y es que el norteamericano no sólo quería ganar, sino demostrar que hoy por hoy no tiene rival en una prueba en la que el dominio de Dressel va camino de convertirse en una auténtica tiranía.
Ganador de los dos últimos Mundiales el de Florida no permite que nadie se atreva a cuestionar su indiscutible condición de "rey" del hectómetro mariposa.
Tal y como dejó claro en las semifinales del viernes en las que tras ver como el húngaro Kristof Milak se "atrevía" a establecer un nuevo récord olímpico con un crono de 50.31, Dressel se lo arrebató apenas un par de minutos más tarde tras rebajar en 60 centésimas -49.71- la plusmarca del magiar.
Todo un aviso de los que ocurrió este sábado en la final, en la que donde Caeleb Dressel no dio ni la más mínima opción a ninguno de sus rivales.
Dio igual que el húngaro Kristof Milak, poseedor de un estratosférico récord del mundo en los 200 mariposa, nadase el primer largo más rápido que nunca, ya que al voltear Dressel aventajaba en 65 centésimas al nadador magiar.
Y eso que el norteamericano, que completó los primeros 50 metros en un crono de 23.00, nadó 17 centésimas más lento -22.83- que cuando estableció el hasta hoy vigente récord del mundo -49.50- en los Mundiales de Gwangju 2019.
Hizo muy bien Dressel en guardar fuerzas para el segundo largo ante furibundo ataque protagonizó Milak en los 50 metros finales, que el magiar nadó en unos espectaculares 26.03 segundos.
Descomunal ritmo que obligó a Caeleb Dressel a dar lo mejor de de sí mismo para tocar en primera posición la pared y proclamarse nuevo campeón olímpico.
Oro que el norteamericano adornó con un nuevo récord del mundo tras rebajar en 5 centésimas la plusmarca universal que él mismo ya poseía desde el julio de 2019.
Un sensacional registro que permitió Dressel aventajar en 23 centésimas al húngaro Milak, que con un tiempo de 49.68 segundos no sólo se llevó la medalla de plata y un nuevo récord de Europa, sino la sensación de que puede planta cara el imbatible Dressel.
Y es que tras el estadounidense y el magiar se abrió un mundo, como demostraron los más de un segundo en el que Dressel y Milak aventajaron al tercer clasificado, el suizo Noe Ponti, que se colgó la medalla de bronce con una marca de 50.74 segundos.