"Lo que nos parece interesante no es la cancha en sí, sino las transformaciones y cómo, en este lugar específico, se pueden entender un montón de cosas de nuestra historia", explica a EFE el arquitecto Rodrigo Escandón, uno de los responsables de la instalación.
El pabellón, situado en el Arsenal veneciano, lleva por título "Infraestructura utópica: la cancha de básquetbol campesina" y en su interior se invita al visitante a tomar la pelota y hacer algunos lanzamientos, mientras suena música y la gente charla o baila.
La idea era traer este foro típicamente mexicano a Venecia para exhibir también su historia: tras la revolución de 1910, el Estado expropió y redistribuyó grandes parcelas de terreno privado que usó para construir escuelas y también canchas de aquel deporte nacido pocos años antes, a finales del siglo XIX.
La popularidad de estas placas de cemento al aire libre es mucha y sirve como auténtico elemento "integrador" en barrios y ciudades, por lo que aportará su eficiencia al lema de la Bienal, "Un laboratorio para el futuro", propuesto por su comisaria Lesley Lokko.
La exposición interactiva cuenta con una serie de vídeos en los que se muestran "todas las cosas que pasan" en las canchas por todo el país, como las fiestas de carnaval de la comunidad de Tenejapa, en Chiapas, al sur del país.
Y es que la pelota ha estado unida al pueblo centroamericano desde tiempos inmemoriales, en época maya, tal y como se recoge en los mitos precolombinos del libro "Popol Vuh".
Pero el proyecto también presenta el campo de básquet como "un lugar privilegiado de encuentro para procesos polivalentes de descolonización en las comunidades indígenas de México".
"La cosa que nos parece muy fascinante del básquetbol no solo es la plancha de concreto genérica, también culturalmente", resume Escandón.
Porque, según se alega en la presentación del proyecto, este lugar es también un "laboratorio en la que una serie de cambios superan el objetivo inicial para el que fue pensado, como espacio de recreación y deportivo, para convertirse en un escenario único de construcción de procesos políticos, sociales y culturales".
La realización del pabellón mexicano ha sido fruto del trabajo y la colaboración entre el equipo del estudio de Escandón, APRDELESP, y la historiadora Mariana Bogey, entre otros expertos.