Se había anunciado para la ceremonia un homenaje al director y guionista franco-griego, autor de clásicos como 'Z' o 'Missing', pero el tributo consistió finalmente en la entrega del máximo galardón que ofrece el certamen, que en esta edición también se concederá, el próximo viernes, a la actriz francesa Isabelle Huppert.
"Esta noche me siento honrado y conmocionado por vuestra extraordinaria acogida. Me ofrecéis un premio que muchas veces había venido a ver y que para mí siempre había sido justo. Esta noche también creo que lo es", dijo Costa-Gavras con una amplia sonrisa que hizo reír al pabellón Tony Garnier, abarrotado por unos 5,000 asistentes.
El director estadounidense Tim Burton, premio Lumière 2022, fue el encargado de entregarle el galardón, una réplica de las bobinas de las primeras películas de las historia del cine rodadas por los hermanos Lumière a finales del siglo XIX en Lyon.
Costa-Gavras, referente del cine político y comprometido, afirmó en su discurso de agradecimiento que guardará el premio en su "corazón y en el de su familia", y se lo dedicó su mujer, Michelle, que le "acompaña desde hace 60 años" y que es "la persona en la que más confío".
Arropado también en el escenario por los intérpretes de su última película, 'Le dernier souffle', entre los que estaba la actriz Ángela Molina, el cineasta se deshizo en elogios con el festival, al que considera "sin duda, el más popular de Francia, seguramente de Europa, y probablemente del mundo".
Costa-Gavras se refería a la "formidable cinefilia" de los lioneses que abarrotan año tras año las salas de cine durante este festival de cine clásico, que dura una semana, para ver retrospectivas del séptimo arte y copias restauradas.