En un comunicado, Elizabeth Casillas Casillas, catedrática de la UAA e integrante de la investigación, reveló que, según otros estudios, se encontró que dentro de los tratamientos que se ofrecen a niños con autismo desde el área optométrica está el uso de prismas.
Indicó que estos lentes desvían la luz y son utilizados para generar cambios en la conducta y atención de niños que padecen ese trastorno.
La académica planteó la posibilidad de hacer un estudio para conocer el efecto de estos prismas en la atención y comportamiento de niños con trastorno del espectro autista.
Señaló que hay evidencia de que niños con problemas de convergencia visual que han utilizado estos lentes, han modificado su atención, sin embargo se desea conocer y cuantificar los efectos con el uso de estos lentes.
Indicó que las características de estos prismas, en los que una parte es más gruesa y otra delgada, permiten modificar la percepción del espacio visual del paciente, con lo cual podrá apreciar de mejor forma su entorno.
La investigadora explicó que niños que padecen autismo tiene visión focal, es decir, enfocan su vista en la parte central e ignoran la periferia, lo cual provoca una desintegración sensorial, es decir, un desajuste de la integración de la visión con los demás sentidos, lo cual detona ciertas conductas en personas con este trastorno.
Asimismo, Casillas Casillas destacó que son niños con mala orientación espacial por lo que con el uso de estos prismas se buscará medir el efecto de los mismos en un tratamiento.
Los investigadores se contactaron con la Fundación Autismo Aguascalientes para ofrecer a 20 niños en primera instancia una evaluación, identificación de características visuales.
A partir de allí, van a implementar el uso de estos prismas gemelos durante cuatro meses por cuatro horas al día durante actividades que impliquen la atención fija de la vista como la lectura, manualidades y ver televisión, entre otras.
En mayo próximo iniciarían las primeras evaluaciones visuales a los niños y consecuentemente se realizaría una segunda evaluación, y a partir de ello se cuantificarán el efecto que tiene estos prismas en el comportamiento, atención y postura de los niños.
Indicó que si este tratamiento genera un cambio en la conducta y atención de niños que padecen autismo, se propondría implementar el uso de prismas como tratamiento alternativo.