La conclusión del análisis fue que el diseño de las huertas influye en gran medida en la protección del suelo, indicó en una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la coordinadora del proyecto Mayra Gavito Pardo.
La especialista explicó que si la sombra de los árboles de aguacate es muy grande en la huerta, las hierbas presentan mayor dificultad para crecer, lo que expone al suelo a una inminente erosión.
“La mejor protección la dan las hierbas que están enraizadas y cubren como un tapetito todo el suelo, como en el bosque”, dijo Gavito Pardo.
El proyecto lo llevaron a cabo investigadores del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) y el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Campus Morelia.
A diferencia de otros estudios con resultados teóricos, este innovador proyecto presenta datos concretos en cuanto al desgaste del suelo, resaltó la investigadora.
Los científicos trabajaron con muestras de los diferentes tipos de suelo en la meseta purépecha, y se recogieron datos de plantaciones con diferentes edades y diseños para ser comparadas con bosques y suelos que no hayan sido afectados por los habitantes.
“Las zonas de impacto ecológico en Uruapan, Ario de Rosales, Pátzcuaro y Morelia recibieron un monitoreo de pérdida y degradación de suelo para establecer parámetros de daños y así poder revertir, en un futuro”, comentó Gavito Pardo.
“Se colocaron trampas que atrapaban los sedimentos liberados por las lluvias en dos temporadas diferentes. También se generó una descripción específica de las huertas y las pendientes para dictaminar los tipos de coberturas vegetales existentes y su beneficio”, agregó.
Uno de los resultados del estudio arrojó que después del periodo de lluvia estacional las regiones de bosque natural tienen una pérdida imperceptible de suelo, pero en los suelos de los agricultores la erosión depende por la distribución del cultivo.
“Existen huertas que en un evento de lluvias torrenciales podrían perder hasta una tonelada por hectárea de suelo; sin embargo, estos acontecimientos no tienen un ciclo determinado, haciendo difícil la documentación precisa de sus efectos”, abundó.
La doctora recomendó que el diseño de las huertas se haga con base en el tamaño de los árboles más pequeños, lo cual permite una entrada adecuada de luz hacia el suelo para que al momento de enraizar las hierbas y plantas estén protegidas de la erosión.
Al tiempo, los científicos buscan que este innovador proyecto sirva para promover un cultivo ambiental responsable entre los productores aguacateros y se pueda usar en otras regiones de México.